La industria bananera se puede ver beneficiada con las investigaciones que desarrolla la Fundación Hondureña de Investigación Agrícola (FHIA) en busca de variedades más resistentes a las plagas. Desde hace cuarenta años se han desarrollado investigaciones para obtener nuevas variedades de plátano y banano en Honduras, gracias al financiamiento del Fondo de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) y el gobierno de Canadá.

Las nuevas variedades más resistentes a enfermedades como la sigatoka negra y el mal de Panamá se han implantado con éxito en por lo menos cincuenta países del mundo, en donde la calidad de las semillas permite obtener frutos tipo exportación que son destinados para consumo interno.

El principal exportador de las semillas es Cuba, en donde se tienen destinadas trece mil hectáreas para cultivo de las especies desarrolladas por la FHIA en sus campos de La Lima. Le siguen República Dominicana y Colombia, aunque ya se encuentran especies en lugares como Nigeria y Australia en donde se está probando la resistencia a plagas más fuertes como la raza cuatro del mal de Panamá.

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Según el informe presentado en el diario La Prensa de Honduras, el huracán Mitch creó la necesidad de mejorar los cultivos.

Argumenta el informe que las empresas bananeras exportan la fruta tipo cavendish, pero esa clase de banano no es resistente a las plagas como los de clase FHIA 18, 21, 01, 23, 25, 03, los cuales reducen el costo de producción.
Para el control de la sigatoka un cultivador debe invertir entre quinientos y mil dólares al año y gastar en agroquímicos que aumentan la acidez del suelo y contaminan las fuentes subterráneas de agua.

En cuanto al mal de Panamá comenta que es la enfermedad más devastadora que afectó la producción comercial de bananos en Centroamérica y el Caribe. Es provocado por el hongo fusarium oxysporum f. cubense, que produce el amarilleo de las hojas más viejas  o que  todavía estan  verdes, en la unión del pecíolo con el seudotallo.

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Solamente puede ser controlado por cuarentena y exclusión. No hay ningún método económico que reduzca la población del patógeno. Por consecuencia de esto la variedad gros michel fue sustituida por el cavendish en plantaciones comerciales.