Ciento cuarenta y siete países, ricos y pobres, alcanzaron hoy en Ginebra un acuerdo que salva la ronda de Doha y marca las pautas generales que deberá seguir la liberalización del comercio mundial en los próximos años.
 
El acuerdo, concluido tras varios días de arduas y a veces tensas negociaciones entre los miembros de la Organización Mundial del Comercio (OMC), compromete por primera vez a la Unión Europea a eliminar sus subvenciones a las exportaciones agrícolas e impone paralelamente estrictas limitaciones a los créditos a la exportación de Estados Unidos.
 
En una clara concesión a esta última nación, el documento permite a Washington reclasificar sus multimillonarias ayudas internas no ligadas a programas de recorte de producción, aunque, por presión de los países pobres, fija limitaciones y establece que los criterios habrán de negociarse en una fase posterior.
 
Asimismo se permite a países desarrollados y en desarrollo designar un número determinado de productos "sensibles" que ambos grupos podrán seguir protegiendo con aranceles más elevados que la media.