Mediante una carta escrita en papel membretado del Congreso, el ex presidente de la República y actual diputado socialcristiano, León Febres-Cordero, afirmó ayer que la denuncia sobre un supuesto atentado en su contra fraguado por el coronel Napoleón Villa, cuñado del mandatario Lucio Gutiérrez, no busca “hacer del escándalo plataforma política y peor promoción alguna”.

LFC presentó el 29 de junio pasado una queja reservada al comandante general de la Policía, Jorge Poveda (con copia al comandante del Ejército, Luis Aguas), en la cual señala que Villa, sicarios extranjeros y otros ex miembros de la Fuerza Pública están planificando “una serie de actos atentatorios contra mis derechos civiles, acaso contra mi vida”.

El diputado de Sociedad Patriótica, Gilmar Gutiérrez, aseguró que la denuncia de Febres-Cordero “es sin fundamento y no tiene ni pies ni cabeza, pues Villa es un hombre pacífico, sencillo, honesto y trabajador incansable”, por quien puede poner sus manos en el fuego. La denuncia –anotó– responde a la época electoral.

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Ayer, el también diputado socialcristiano Xavier Sandoval anunció que, luego del receso legislativo, solicitará la comparecencia ante el pleno del Congreso Nacional de los comandantes de la Policía y el Ejército.

Dijo que las investigaciones que solicitó Febres-Cordero debieron hacerse de manera reservada, con la colaboración de las unidades de inteligencia de las Fuerzas Armadas y de la Policía, porque “estarían involucrados bajo las órdenes de Villa elementos policiales de servicio activo e incluso, gente vinculada al cartel de Sinaloa”.

El ex gobernador de Manabí, Tulio Muñoz Figueroa, dio una rueda de prensa, en Portoviejo, para aclarar que no tiene relación con “Marco Tulio Muñoz Figueroa”, supuesto sicario acusado por LFC.

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Muñoz aseguró que “se trata de un homónimo, porque si bien coinciden mis dos apellidos y uno de mis nombres, mi segundo nombre es Oldemar”. En cambio, en los archivos de notas publicadas por este Diario, él es mencionado como “Marco Tulio”.

Muñoz dijo haber enviado ayer a la ministra fiscal, Mariana Yépez, una carta en la cual aclara su identidad. El ex funcionario afirmó que es amigo del presidente.

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Otro implicado en la denuncia, el teniente coronel de Policía Jorge Jiménez, declaró ayer a Teleamazonas que no fue reintegrado a la institución (él había sido separado hace meses) para fraguar el atentado.

El oficial informó que envió una carta al comandante de la Policía en la que afirma que “con las otras dos personas nombradas (Villa y Muñoz) en el injusto escrito no me une ningún tipo de relación ni de amistad, ni familiar, ni de ninguna otra índole”. Agregó: “Yo sí temo por la integridad de mi familia porque son capaces de poner droga o cualquier otra sustancia en mi domicilio o de atentar en mi contra”.

Ayer por la tarde, el alcalde de Guayaquil, Jaime Nebot, expresó su solidaridad a LFC. “Y mi exigencia de que se haga justicia y que se castigue ese tipo de asuntos que son deleznables y que no son aceptables en una convivencia civilizada”, dijo.