Nos preguntamos todos, de qué sirve tener un gobierno (presidente, ministros, alcaldes...) si lo que menos se resuelve en este país es la seguridad.

Seguridad de tener policías que en vez de negociar con criminales para que seamos asaltados, golpeados, violados, sean en cambio aliados evidentes para la comunidad.

Seguridad de poder envejecer con dignidad, con un sistema social que no se coma la plata de quienes han aportado para su retiro durante más de 30 años.
Seguridad de tener un sistema social que brinde a niños y jóvenes educación gratuita, apoyados de  maestros bien remunerados.

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Seguridad de sentirnos respaldados por un sistema social que actúe a favor de la salud de sus futuros pobladores.

Seguridad de saber que grandes elefantes del sistema (Aduanas, Seguro Social...) administran adecuadamente el dinero que le corresponde por ley a la comunidad.

Seguridad de descansar, en vez de temer que mañana entren a su casa a ejercer violencia porque se habló mucho, poco, porque no se dijo nada, por ningún motivo, o por error.

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Si el Gobierno quiere seguirse engañando, seguirnos engañando y continuar jugando a hacer obras públicas, peleando entre gobernantes todos los días, en vez de enfocar sus esfuerzos de manera prioritaria en salud y educación, no habrá nada que nos salve de una tragedia progresiva del 90% de nuestra pobre población ecuatoriana.

Gobernantes, gente de siempre que ejerce el poder feudal de este país, les preguntamos: ¿Queremos ser ejemplo de corrupción o ejemplo de transformación? La respuesta nos la dará el tiempo.

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Luna Paz
Guayaquil