Un hecho nos deja confundidos a quienes habitamos Urdesa: ¿Cuál es la razón para cambiar los nombres de las calles que, identificadas con nombres de árboles, con sentido común se pusieron ya hace bastantes décadas cuando se fundó la ciudadela?

Denominaciones que ya están en la tradición y memoria, durante tantos años, de los habitantes. Sugerimos que la comisión encargada de eso, ensaye con cambiar los nombres de sus propios hijos, nietos, amigos, conminándolos a que estos acepten, como lo hacen con nosotros, para que perciban la misma confusión; en nuestro caso, al perder tiempo localizando nuevas direcciones.

Al haber un sinnúmero de nuevas urbanizaciones y calles, podrían ocupar los nombres de personajes a quienes se desean honrar.

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Recordemos que los nombres árboles que sirvieron de señales ilativas a las vías de Urdesa, serán siempre perdurables.

Leonor Estrada de Vinueza
Guayaquil