El incendio que arrasa desde el pasado lunes una amplia zona del sur de Portugal sigue este viernes sin ser controlado, mientras el resto del país se pregunta hasta cuándo darán tregua las llamas en otras zonas.
 
En la región turística lusa del Algarve, devastada estos días por las llamas, trabajan más de 660 bomberos, apoyados por vehículos y aviones.
 
En la región, una veintena de personas de la localidad de San Brás de Alportel fueron desalojadas esta mañana de sus viviendas ante la cercanía de las llamas, al igual que en la pasada madrugada cuando decenas tuvieron que ser evacuadas y pasaron la noche en la Casa de la Misericordia.
 
El fuego destruyó anoche casas deshabitadas, pajares y edificios destinados a la agricultura y ganadería.
 
Tal es la envergadura del incendio, iniciado el pasado lunes en las cercanías de la ciudad de Loulé, que las autoridades sanitarias del Algarve han dispuesto un equipo multidisciplinar (psicólogos incluidos) para apoyar a los habitantes desalojados de sus casas.
 
La administración local decidió mantener abiertos todo el día los centros de salud de San Brás de Alportel, Loulé y Monchique, las localidades más afectadas por el fuego en la región en los últimos días.
 
Además de este incendio en el Algarve, Portugal sufre hoy otros 15 más en todo su territorio continental, aunque éstos se encuentran ya controlados o en fase de vigilancia para que los rescoldos no se aviven.
 
A este desastre ecológico hay que sumar las 50.000 hectáreas que han ardido este año en los distritos de Faro (sur), Setúbal (centro), Vila Real y Braga (norte).
 
De estas 50.000 hectáreas, 8.100 están integradas en la Red (ecológica) Natura 2000, de las cuales 2.080 son áreas protegidas, según estimaciones de la Dirección General de Recursos Forestales (DGRF) basadas en imágenes de satélite.
 
Dentro de estas áreas se encuentra el Parque Natural da Arrábida, cuya petición para ser clasificado como Patrimonio Natural Mundial de la Humanidad puede estar en peligro, tras el incendio que quemó más de 1.000 hectáreas de la sierra.
 
El proceso de candidatura, que se inició hace tres años, se basa en el valor paisajístico de la Sierra da Arrábida, bastante afectado por el incendio, y la riqueza de la flora, que las llamas no dañaron en exceso.
 
Las autoridades locales y ecologistas del Parque Natural da Arrábida, que se extiende por una área de 10.800 hectáreas, señalan que quizás haya que retrasar la candidatura para recuperar las zonas afectas por las llamas.
 
Las sospechas de que un buen número de los incendios declarados este verano en Portugal son provocados se han visto refrendadas hoy cuando la Guardia Nacional Republicana detuvo en Oliveira de Azemeis (norte) a dos jóvenes, que confesaron haber provocado un fuego que los bomberos tardaron horas en extinguir.
 
La oposición y los grupos ecologistas critican la actuación del Gobierno, que, a su juicio, no ha tomado las medidas necesarias para que no se repitiera el desastre del pasado año, en el que ardieron 423.276 hectáreas, murieron 20 personas y se dañaron cerca de 2.500 edificios.