En el show de medianoche, que ofrece hoy en la parrillada Punta del Este, el artista interpretará los temas éxito que grabó hace 35 años.

Tras 40 años de carrera musical, miles de presentaciones ofrecidas en Latinoamérica, Estados Unidos, Canadá y Europa y casi un centenar de álbumes grabados, el colombiano Alci Acosta piensa en el retiro. Lo hace porque estima que cumplió todas sus etapas. “Con lo que he hecho me siento feliz. No le puedo pedir más a mi profesión ni al público”, dice.

Su despedida será silenciosa, pues advierte que no quiere que la gente sienta de golpe su ausencia de los escenarios. Tampoco quiere que la decisión de apartarse de la música lo afecte. “Voy a trabajar con menos intensidad, cada dos o tres meses y no como ahora que, gracias a Dios, tengo contratos casi todo el año”.

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El intérprete de temas como La cárcel de Sing Sing, Traicionera y Contragolpe menciona que descubrió su vocación a los 12 años. Expresa que no le fue difícil porque proviene de una familia de artistas. Su abuelo materno, Víctor Cervantes, sus tíos y primos eran cantantes y músicos y él creció escuchándolos. “En Soledad, el pueblo donde nací en 1938 y que está ubicado en el departamento del Atlántico, el apellido Cervantes era sinónimo de arte”, manifiesta.

Aunque han pasado 49 años desde que su primo Ismael Cervantes lo incentivó a estudiar piano, Acosta recuerda con exactitud las clases de su maestra Ana Carrasquilla. “Tenía 16 años y ella era ya mayor, por eso, cuando ya no pudo enseñarme más, me consiguió un cupo en la Escuela de Bellas Artes, en Barranquilla. A esa institución ingresé con dificultad porque mi familia era pobre y tener un piano era un lujo. Con esfuerzos mi papá me consiguió uno y nunca me he apartado de la música”.

Señala que luego de estudiar piano durante cuatro años aceptó integrar varias agrupaciones musicales. La primera fue Los Sonoros Costeños, de Teodolo Cervantes, su tío. Le siguieron Los Jóvenes del Ritmo, Los Diablos del Ritmo, La Sonora Cordovesa y las orquesta de Nuncira Machado y Pacho Galán.

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“Interpretábamos varios géneros musicales, como el bolero (que era mi preferido), pasos dobles, porros, fandangos, cumbias y guaracha, que estaba muy de moda y que hoy se conoce como salsa”, sostiene Alci, haciendo gala de una buena memoria.

“Mi primer disco, Odio gitano, lo grabé en 1965”, afirma con una inusitada alegría. Y es que, según su relato, esta fue la llave que le abrió muchas puertas. “Participaba en un programa de radio dominical llamado ‘La tómbola Murcia’ cuando el compositor Cristóbal San Juan me escuchó y propuso grabar los temas Odio gitano y Boda inútil. Hice una prueba para Discos Eva, pero al propietario no le llamó la atención y no insistí porque lo que quería era ser un buen pianista”.

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Contrario a él, San Juan sí insistió y le hizo grabar esas mismas melodías bajo el sello Discos Tropical. “Eran de 78 y 45 rpm y se ajustaban a las rockolas, que en Colombia se llaman traganíquel”. Sus temas pegaron, por lo que dejó las agrupaciones y San Juan empezó a componer para él las melodías que años más tarde le hicieron darse a conocer como El rey de la rockola.

“Pero no todo fue fácil, el contenido de esas canciones causó problemas en mi matrimonio porque la gente creía que las interpretaba porque había sufrido en carne propia el desengaño y no era cierto”.