Renato Carló, presidente de la Cámara de la Pequeña Industria del Guayas y uno de los ocho empresarios que mentalizaron y financiaron el óleo que está ubicado en  el tumbado del salón de la ciudad, en el municipio de Guayaquil, dijo ayer que se ha criticado una obra que solo se la hizo con el ánimo de rendir homenaje a quienes han realizado una buena labor en la alcaldía y la ciudad.

En la obra aparecen los ex alcaldes Assad Bucaram, Rafael Guerrero Valenzuela, Rodolfo Baquerizo Moreno, Pedro Menéndez Gilbert, León Febres-Cordero y Jaime Nebot, actual alcalde de la ciudad, acompañados de los lemas que identifican las administraciones de Febres-Cordero y Nebot, y en el centro está una ninfa que representa a Guayaquil al estilo neoclásico.

La obra costó $ 20.000, según señaló Carló, quien además anotó que todos colaboraron, pero no quiso decir cuánto puso cada uno. “Fue algo que había que hacer, porque era un reconocimiento, lo hicimos a título personal”, manifestó Carló. Sostuvo que la idea surgió durante una reunión que tuvieron después de una sesión en la Junta Cívica, de la que es miembro, y que debe quedar claro que esa entidad no tiene nada que ver en la ejecución de la muestra pictórica.

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El pintor guayaquileño Joaquín Serrano opinó que esa obra en la que aparecen las imágenes de los ex alcaldes y de  Nebot, muestra “el poco criterio que se tiene de lo que es el arte, y su representación es contradictoria a la imagen de modernidad que siempre proyecta la administración y de la que siempre habla el alcalde Jaime Nebot”.

“En la obra hay un concepto errado del arte”, dijo Serrano.