La deportista ecuatoriana competirá en los 58 kg de levantamiento de pesas.

Alexandra Escobar Guerrero se fue a Atenas. Anoche, al terminar el día, la pesista esmeraldeña dejó Guayaquil. Se fue triste, ella lo dijo. Pero también con sed de triunfo, con ganas de llegar al podio en los Juegos Olímpicos. Lo dejó ver en su rostro en la mañana, cuando hizo el último entrenamiento con su maestro Rodolfo Iglesias.

Después de cuatro años, la chica humilde que nació en la parroquia rural de Rocafuerte, en el cantón Río Verde, de  Esmeraldas, vuelve a una competencia internacional en Europa. En el 2000 fue campeona mundial en -53 kg, en Antalya, Turquía, y ahora aspira a una presea en Grecia.

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Antes de su primer reto olímpico, la pesista –que desde el torneo en tierras turcas emergió de la pobreza para alzar sobre sus hombros la victoria– cuenta que vivió cuatro años de entrega absoluta.

Cuatro años en los que solo hubo unas cuantas semanas de descanso, porque ganar su primera medalla internacional solo la incitó a esforzarse. A nada más y, con el tiempo, se volvió una mujer perseverante. Tanto que, con tal de ganar, no le importó que sus manos perdieran la sutileza y con el tiempo fueran formándose en ellas ampollas y unos prominentes callos. Son de tanto trabajo con la barra olímpica que sostiene las grandes pesas, pero también son por el esfuerzo que hace en su intención de levantar más y más kilos.

Anhelan un récord
Su intención es alzar más de 225 kilos en total en Atenas. Es su deseo y el maestro dice que ella es capaz de lograrlo. Condiciones tiene y, después de tanto esfuerzo, se lo merece, agrega el instructor cubano, que ya vivió el éxtasis de la victoria con Alexandra. Fue en Santo Domingo 2003, cuando la pesista se adueñó del oro al superar a la última campeona olímpica, la mexicana Soraya Jiménez, quien dejó hace poco el deporte y no será su rival en Grecia. Allá el duelo será con las deportistas asiáticas.

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China es el país al que la esmeraldeña quiere superar. Sun Cai-yan, quien ganó el oro en el mundial de Vancouver, Canadá, es una de sus rivales directas. Pero, con humildad, Alexandra dice que de sus rivales se preocupará el día de la competencia, el 16 de agosto.

Allí, desde las 10h00 de Ecuador, comenzará a participar y conforme pasen los intentos de cada deportista ella medirá sus posibilidades hasta que le toque el turno, donde el asesoramiento de Iglesias será fundamental, porque él será quien le diga “puedes más, levanta algo más”, como le aconsejó en Guayaquil, donde los dos trabajaron muy unidos en su intención de emular al único campeón olímpico que tiene el país, Jefferson Pérez.

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Ella habla de la presea de Jeff y sus ojos brillan. Se emociona porque el triunfo de Pérez fue tan grande para el país y sería sensacional ser protagonista de una gesta tan inolvidable como la del cuencano. “Ojalá, es lo que le pido a Dios”, dice la mujer de 24 años, que desde mañana comenzará sus trabajos en Atenas, la ciudad en la que sueña acceder al podio.

- Son cuatro años en los que la atleta se ha sacrificado mucho, esperamos –y confío mucho–  que se obtenga la última medalla, porque la primera se la ganó cuando  clasificó a los Juegos.
Rodolfo Iglesias
Técnico

- Tengo dos sentimientos encontrados, porque me apena dejar a mi familia acá, pero soy muy feliz cuando pienso que representaré a mi país. Espero competir de la mejor manera.
Alexandra Escobar
Pesista

PESOS

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KILOS
Alexandra Escobar quiere alzar 105 kilos en arranque y 130 en envión, lo que daría un total olímpico de 235 kilos en los juegos de Atenas 2004. En los trabajos dentro del país ella no levantó ese peso. Lo hará en la competencia, porque su DT, Rodolfo Iglesias, no quiso correr riesgos entrenando.

IDROVO
Julio Idrovo también dejó ayer el país. Según el análisis de Iglesias, y de acuerdo a sus conocimientos, el cuencano tiene muy pocas posibilidades de ubicarse entre los diez primeros de los 96 kg. La razón: el nivel que existe en el mundo.

APENADA
Antes de viajar Alexandra Escobar lamentó no haber recibido una llamada de su amiga Seledina Nieves, quien la acompañó durante todo el ciclo olímpico, pero no accedió a los Juegos de Atenas. Si es que no hablaban, la campeona panamericana del 2003 aspiraba que Seledina le escriba mientras está en Grecia.