El obispo de la ciudad colombiana de Yopal, monseñor Misael Vacca, puesto en libertad el martes por la guerrilla del ELN que lo había secuestrado el domingo, aseguró ayer que la presión ciudadana sobre el grupo insurgente posibilitó su liberación.
“Me siento muy alegre y agradecido con el papa Juan Pablo II, con la Iglesia Católica, con la comunidad nacional y con el Gobierno por su solidaridad. De verdad que lo conmueve a uno ese cariño de la gente. Esa preocupación del pueblo colombiano, su deseo para que volviera nuevamente”, aseguró el prelado.
Vacca destacó la valentía de los habitantes de la población de Morcote, que se opusieron al plagio y exigieron su inmediata liberación.
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El religioso afirmó que, según los rebeldes, su retención era “de tipo político para hacer presión” y que el objetivo era convertirlo en portador de un “mensaje de los rebeldes para el Gobierno”.
Sin embargo, el obispo indicó que “la persona que me debía entregar el mensaje no pudo llegar por los operativos militares en la región”.
El hecho generó la condena del Papa, de la sociedad colombiana y de organismos internacionales y en momentos en que se promueve un acercamiento, a instancias de México, entre el Gobierno y el ELN.