La huelga de hambre que los jubilados iniciaron hace catorce días para exigir que se aprobara el incremento de sus pensiones, tuvo ayer en Quito un triste corolario.

Durante la madrugada, horas después que el Congreso ratificara las fuentes de financiamiento para el alza de las jubilaciones, un grupo de ladrones se apropió, en las afueras del edificio Zarzuela, de un televisor y algunas prendas de vestir.

El suceso no cambió el ánimo de los jubilados, para quienes 36 días de toma del edificio, 30 días de ocupación de la matriz del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social y más de dos semanas de huelga de hambre valieron la pena.

Publicidad

Tras conocer el dictamen de los legisladores, a las 23h30 del lunes, los ancianos consumieron los primeros alimentos.

El martes por la mañana, Laura Bustillos, de 76 años, cambió los colchones por una silla y compartió las últimas horas con sus compañeros bajo la carpa donde hicieron la huelga, en la cual festejaron la jornada.

Algo muy similar sucedió con los jubilados en Guayaquil, quienes ya habían levantado la huelga de hambre el sábado último, a excepción del grupo del Frente de Defensa de Jubilados y Pensionistas, liderado por José Hoyos.

Publicidad

Ellos depusieron ayer la medida; el dirigente manifestó que no están satisfechos con lo resuelto por los diputados, pues la petición de su grupo era no incrementar los impuestos.

Los jubilados en el edificio Zarzuela recibieron anoche un ejemplar del Registro Oficial de hoy, donde está publicada la Ley de Incremento de Pensiones Jubilares del IESS.

Publicidad

Los pensionistas celebraron la publicación con una improvisada fiesta en la carpa donde pasaron los catorce días de la huelga de hambre. Anunciaron que pasarán la noche en el Zarzuela.

Hoy, a las 09h30, abandonarán el edificio, donde funcionan las oficinas de los directivos del IESS y se dirigirán hacia el Consejo Provincial.