El presidente cubano Fidel Castro destinó ayer su discurso para conmemorar el 51º aniversario del asalto al Cuartel Moncada, inicio de la revolución cubana para denostar a su mayor enemigo ideológico, el mandatario estadounidense George  W. Bush, al que calificó como  una persona afectada de paranoia y megalomanía.

Castro rechazó denuncias de Bush, que señalan a Cuba como “destino sexual” para turistas y citó el libro Bush en el diván, del psicoanalista estadounidense Justin Frank, que expone la teoría de que el actual ocupante de la Casa Blanca es “un individuo  psíquicamente inestable”, marcado por su pasado como alcohólico.