La artista argentina Mariel Córdoba presentó recientemente su último trabajo discográfico, titulado ‘No me arrepiento’. Este álbum reúne once boleros clásicos, que, según dice,  son tan íntimos como el tango.

Cuando el tango Malena suena con fuerza sostenida en la voz de Mariel Córdoba, quien la escucha sabe que se trata de ella. Según la cantante argentina, su público la identifica con las melodías de Gardel y  de Piazolla del siglo pasado.

Pero decidió probar con otros géneros.  Su octavo -y más reciente-  trabajo discográfico está compuesto por once boleros y se titula No me arrepiento. “Soy una artista muy dúctil y me agrada saber que mi público me acepta cuando canto otros géneros”, refiere. En sus shows habituales, interpreta tangos, boleros, pasillos y valses. “Pero me identifican más con el tango porque lo canto con muchas ganas y con mucha fuerza”, comenta.

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El disco fue elaborado en los estudios de producción de  Omar Domínguez, quien ha sido su productor artístico desde hace cuatro años. Según Córdoba,  el bolero y el tango se parecen en lo íntimo de esa relación que guardan con quien sufre una pena de amor.

El acompañamiento de coros y violines hace que su voz se escuche más nítida, ahora que Mariel Córdoba está a punto de cumplir 25 años de trayectoria.

Cuando tenía 17 años, empezó cantando para  el espectáculo de un grupo de bailarines de tango.  Son letras muy difíciles de cantar porque hay que sentirlas, dice ella. ¿Pero sabe bailar  tango? “Si hay un buen bailarín  que me lleve, creo que lo hago bien”, responde.

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Córdoba, la menor de cuatro hermanos que se dedicaron siempre a la música,  dice  que no dejará nunca de cantar tangos. “Esa fue la música que oímos de nuestros padres, de nuestros abuelos.  De ellos aprendimos mi hermano Nerio -quien suele acompañarla en sus shows con la guitarra- y yo a amar la música”, explica.

Como anécdota, Córdoba relata que para el reciente show que ofreció junto a María Martha Serra Lima no ensayó la melodía Malena. “Nos proponemos con Omar -Domínguez- no cantar ni esa, ni Uno, para presentar otras cosas más recientes.  Pero la gente empieza a pedirla y hay que complacerla”.

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En sus espectáculos,  Córdoba se fija mucho en su expresión gestual y en los detalles estéticos. “Mis músicos tienen que estar con  terno. Yo respeto a los artistas que no cuidan su imagen, pero yo le quiero dar lo mejor de mí al público”, manifiesta. “Escogí el título del bolero No me arrepiento, de Danny Daniel, para decirle a todos que no me arrepiento de haber escogido esta profesión; aunque demande mucho del tiempo que le doy a mis dos hijos, cuando salgo al escenario doy la vida. Es maravilloso, un permanente examen”, comenta la artista.