Mientras más frentes se abran en la lucha contra la corrupción, más abrirá sus ventanas la esperanza. Ahora se trata de un sector fundamental: la juventud. Ella se suma a quienes no se conforman con ser espectadores del drama que vive cada día el Ecuador, saqueado por una legión de “financistas” con los bienes del Estado. Esa actitud militante contra la deshonestidad es muy propia de quienes tienen muy clara la película: intentar ser neutrales cuando se roba, dilapida o traiciona equivale a ser cómplices de un crimen social.

En la mejor línea de esta lucha se encuentra la Red Juvenil Anticorrupción del Guayas, integrada fundamentalmente por estudiantes de los colegios guayaquileños. Ellos vienen realizando, desde hace cuatro años, una serie de encuentros, mesas redondas, conferencias, y ahora han publicado, con el auspicio de la Comisión de Control Cívico de la Corrupción, el primer número de una hermosa revista llamada Enrédate.

Una completa relación de las principales actividades de la Red Juvenil durante el ejercicio 2003 revelaría la multiplicidad de sus acciones y la voluntad de servicio cívico mediante el rescate de la justicia social, sin la cual no puede existir la paz, máxima aspiración del ser humano. Me limitaré a mencionar las que considero de mayor relieve.

Marzo de 2003.– Talleres de Capacitación a los miembros de la RJA-G en temas de interés juvenil como técnicas de expresión oral, baúl de recursos para la comunicación y teatro. Junio de 2003.– Taller Nuevas manifestaciones de la cultura juvenil en el contexto de la globalización. Dirigido a orientadores vocacionales para lograr el apoyo de estos en el proceso de construcción y consolidación de los grupos Generación Estudiantil Anticorrupción. Septiembre de 2003.– Cine foro ¿Por qué la corrupción? Noviembre de 2003.– Encuentro Nacional de Redes Juveniles. Diciembre de 2003.– Evaluación anual realizada en el Club Capeira.

El editorial de este primer número de la revista Enrédate pregunta a los lectores si considera que nuestra juventud merece el título de corrupta, ganado por otra generación. “¿Es eso lo que deseamos como jóvenes?” Se pregunta. Y responde que constituye una obligación moral cambiar la página de la historia. “Quién más que nosotros, con manos y conciencia limpias, para rescatar la autoestima y la honradez que muchos dejaron atrás”, añade.

Prosigue el editorialista en un implacable preguntar y responder. Inquiere al lector sobre quién tiene la culpa de la brecha enorme que existe entre los jóvenes y la vida político-social del país. “¿Será que nos marginan o nos marginamos?”, dice.

Se trata de una revista llena de interesante y apasionada lectura que nos ofrece la cosmovisión del amplio sector juvenil frente a los delitos cometidos contra los bienes y otros valores del Estado. Destaco, entre tanto buen material informativo y de opinión, las notas siguientes: ¿Qué es la RJA?; La Juventud que yo deseo; Internet, ¿para todos?; Pandillas y naciones. ¿Qué son, cómo son y a dónde van?; Bandas juveniles; La droga.

Y hasta aquí llegamos, porque se nos acabó el espacio.