Cumplida la Copa América, los problemas pendientes en el fútbol uruguayo siguen sin cambios y todo parece indicar que no se reanudarán las actividades antes de septiembre.

Con el aceptable e inesperado tercer puesto obtenido en la Copa América de Perú, la selección de fútbol regresa desde Lima y se enfrenta a varias incógnitas.

La primera es cuál será el destino del técnico Jorge Fossatti, teniendo en cuenta que se había solidarizado con los reclamos económicos de los futbolistas, y dijo que si no se aplicaban soluciones de fondo estaba dispuesto a dejar el puesto.

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Además, se desconoce qué pasará con la actividad local, que en marzo comenzó a presentar conflictos, superados posteriormente al aceptar la agremiación de futbolistas una escala de sueldos de siete salarios mínimos nacionales (unos $ 290), y una escala ascendente para el 2005 y 2006.

Tampoco se sabe qué sucederá con los seleccionados, quienes deben prepararse para nuevos partidos en septiembre dentro de las eliminatorias para el Mundial de Alemania en el 2006, si es que el problema interno no se supera y la selección resulta afectada por el conflicto.

Darío Silva, del Sevilla, y Richard Morales, del Osasuna, parece que ya se separaron de la selección debido a los constantes problemas económicos con la dirigencia.