Colombia informó hoy que suspendió temporalmente la importación de bovinos, porcinos y otras especies susceptibles de contraer la fiebre aftosa de Ecuador y de algunos estados del Brasil, luego de que en junio y julio se detectaron brotes en esas dos naciones.
 
En Colombia no se registran brotes de fiebre aftosa desde hace 22 meses, gracias a un enérgico programa de vacunación que ha permitido incrementar las exportaciones de carne del país, que cuenta con el quinto mayor hato ganadero de América Latina, y que próximamente le permitirá contar con más áreas libres de la enfermedad.
 
El estatal Instituto Colombiano Agropecuario (ICA), la máxima autoridad encargada de prevenir, controlar y erradicar enfermedades agropecuarias, ordenó suspender por tres meses contados a partir del 21 de julio la importación de ganado desde los estados brasileños de Acre, Amapá, Amazonas, Alagoas, Ceará, Maranhao, Pará, Paraíba, Pernambuco, Piauí, Río Grande do Norte y Roraima.
 
El pasado 17 de junio el Ministerio de Agricultura, Ganadería y Abastecimiento de Brasil registró un brote de fiebre aftosa en una explotación bovina del estado de Pará.
 
Igualmente, prohibió por seis meses, contados a partir del 16 de julio, la compra de ganado proveniente de Ecuador, luego que el 5 de julio se registró un brote de un tipo de fiebre aftosa en la provincia de Imbabura.
 
El ICA no suministró inmediatamente cifras sobre las compras de ganado de esos dos países, pero las importaciones provenientes de Ecuador y Brasil, con los que Colombia comparte fronteras terrestres, son poco significativas.
 
Al finalizar junio también había prohibido la importación de ganado de Perú, con el que también comparte una frontera terrestre.
 
Brasil, con el mayor lote de ganado comercial del mundo, actualmente vacuna contra la aftosa en todas las principales haciendas y estados exportadores de carne, pero algunas regiones remotas del noreste de la nación y el ganado de algunos países vecinos no están cubiertos con la vacuna.
 
La aftosa, que se expande con facilidad en animales de pezuña partida como vacunos, porcinos, ovinos y cabras, causa fiebre y llagas en la boca y pezuña de los animales, provocando pérdida de peso, e incluso la muerte. No afecta a los humanos.