El ser humano es una incógnita. Muchos volúmenes seguramente están llenos con las teorías sobre su origen, así como el del Universo mismo, y desgraciadamente nadie ha podido llegar a definir, en forma amplia y concluyente, ni de dónde vino ni a dónde va. Nosotros los francmasones, también tenemos nuestras ideas al respecto, ideas tan solo, que las creemos respetables, como aceptamos y respetamos las ideas de los demás; no creemos tampoco que nadie sea dueño de la verdad. Que la tolerancia acepte y respete todas las opiniones hasta que la prueba definitiva llegue, si es que alguna vez llega. Nuestras creencias son:

1.- La Masonería no es una profesión religiosa, por cuanto recibimos en el seno de la Orden hombres que practican diferentes religiones. Lo único que exigimos a quienes desean ingresar a la Francmasonería es que sean hombres de buenas costumbres, que crean en Dios, en la primera causa de todo lo existente. Y en la inmortalidad del alma.

2.- La Masonería es una orden fraternal que trata de solidificar en el orbe la firme cadena de la Fraternidad por sobre los prejuicios de frontera, y no obstante las diferencias de credos políticos y actitudes religiosas, importa fundamentalmente la solidaridad humana.

3.- Nuestros templos son de fraternidad, no practicamos en ellos culto alguno. Sesionamos simplemente, pero con altura inigualable. A nuestras sesiones las llamamos tenidas o trabajos, pues así como Dios es el Arquitecto del Cosmos, nosotros los humanos somos también arquitectos de nuestra propia individualidad, que debemos plasmarla lo más perfecta posible para acercarnos a la perfección de nuestro creador. Por eso trabajamos edificando nuestro ser espiritualmente, limando aristas, puliendo imperfecciones. Las herramientas que usamos son de carácter moral y están simbólicamente representadas en objetos propios de construir: la regla, la escuadra, el compás, la plomada, el mazo, el nivel, etcétera.

Manifestamos: “nos reunimos sobre el Nivel para demostrar la igualdad que reina entre todos nosotros y nos separamos sobre la escuadra para demostrar que nuestros actos deben de ser siempre justos y rectos”.

4.- Tenemos en nuestros Templos a Dios en los símbolos y su palabra en el volumen de la Ley Sagrada o Biblia, precisamente porque somos creyentes, porque tenemos una fe “razonada” en el Altísimo y deseamos tener junto a nosotros los símbolos necesarios que nos recuerdan a Dios. Nosotros, simplemente, a ese “algo superior” lo llamamos Gran Arquitecto del Universo.

5.- El secreto masónico no es sino otro símbolo más. Nada tenemos que ocultar.
A cualquier persona invitamos para que concurra a nuestras tenidas, llamadas Blancas, en las que quienes no pertenecen a nuestra Orden pueden vernos trabajar dentro de la inocua serenidad de nuestros rituales.

De igual modo los secretos masónicos, por tácito principio no pueden ser revelados, aun cuando a nadie afecten ni nada grave signifiquen; pero esta discreción es parte de la moral masónica, que quiere enseñar a quienes la practican, que la discreción es una virtud, que obliga al hermano guardar el secreto de su hermano por sobre todas las vicisitudes, contingencias y tentaciones de la vida.

6.- Se puede expresar que los masones rechazamos el dogma. En primer lugar, tal como ahora se entienden las cosas, rechazar el dogma ya no constituye herejía y menos causal de excomunión. A nosotros, en nuestras reuniones, nos es prohibido tocar o discutir temas sobre política o religión, justamente para no romper la fraternidad. Nos pronunciamos así, por principio, en contra de todo fanatismo, porque sabemos que los fanáticos y las supersticiones arrastran a la intemperancia, odios y luchas fratricidas.

* Past Maestro de la Gran Logia Regular del Ecuador