Centenares de piqueteros argentinos marcharon este lunes, bajo fuerte custodia policial, hasta la sede de la petrolera Repsol  YPF, en pleno centro de Buenos Aires, para reclamar una reducción del precio de las garrafas de gas, que se entregan a precio subsidiado para pobres y desempleados.
 
Al mismo tiempo, unos dos millares de manifestantes piqueteros cortaron un  neurálgico puente al sur de la capital argentina.
 
Las protestas coincidieron con la asunción del nuevo ministro de Justicia y  Seguridad, Horacio Rossatti, en reemplazo de Gustavo Béliz, relevado el sábado  por el presidente Néstor Kirchner en medio de la primera crisis en el gobierno,  por los conflictivos temas de inseguridad ciudadana y protesta social  callejera.
 
En medio de la protesta frente a la petrolera de capitales españoles,  voceros de la empresa escucharon a una delegación de los manifestantes a  quienes le pidieron una semana para dar una respuesta.
 
En la calle los piqueteros coreaban amenazantes el estribillo "Atención,  atención, si no bajan los precios quemamos YPF-Repsol".