Los estudiantes del colegio Leonidas García presentarán sus productos en la semana cultural de noviembre.

Al principio no creíamos que el gas funcionaría, pero nos quedamos boquiabiertos cuando lo probamos.

En algunas tiendas de la ciudad sería imposible pensar en hallar un tanque de gas –no tóxico– que funcione a  base de estiércol y que no contamine el medio ambiente, un bolígrafo con radio y audífonos incluidos que permita realizar tareas acompañado de una buena música, o un borrador portátil de pizarra con calculadora que ayude a organizar las finanzas de los maestros.

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Pero estos artefactos raros y funcionales, que resulta difícil de imaginarlos, sí los hay y los elaboran los jóvenes de los sextos cursos del colegio Leonidas García como parte del programa Aprender a Emprender, auspiciado por la Cámara de Comercio de Guayaquil.

El propósito de estos chicos es convertirse en microempresarios de la nueva generación, introduciendo en el mercado productos originales.

Para cumplir el cometido, los siete jóvenes que integran la Empresa Nacional de Gas y Abono acogieron la idea de la profesora Sonia Baños, quien les propuso viajar a una hacienda fuera de la ciudad para recoger toda clase de excrementos (de vaca, chancho, perro y hasta humano).

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Cuando llegaron a la ciudad, el estiércol lo colocaron en un tanque pequeño de gas y lo enterraron en el huerto del plantel durante 40 días.

John Sabando, miembro del equipo, dijo que los nervios en ese periodo le subieron a mil ya que no creía que funcionaría. Sus compañeros, Santiago Oliverio y José Mora, confesaron que se sintieron como Santo Tomás: “Teníamos que ver que funcionara para creer”.

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Finalmente, cuando desenterraron el tanque de gas y lo probaron en la cocina del colegio, comprobaron que salía fuego de las hornillas.

La elaboración del bolígrafo que tiene radio y audífonos fue idea del alumno Juan Gómez, quien le propuso a su equipo de trabajo Tiempo Nuevo, de seis integrantes, fabricar este novedoso artículo.

Uno de los miembros del grupo, de quien prefiere no acordarse, desertó del proyecto porque no creyó que funcionaría. Sin embargo, los otros se pusieron a trabajar y empezaron a examinar las radios pequeñas (con audífonos) que venden en la calle o en cualquier tienda.

El siguiente paso era colocar todos los cables de aquellas radios en un estuche de pluma que es un poco más grueso que las normales. Así lo hicieron y hasta dejaron un espacio para colocar la pila.

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La empresa New Style, compuesta de seis jovencitas, se dedicó a elaborar el BMF, un borrador multifuncional de pizarra que tiene calculadora y sirve para guardar marcadores de pizarra.

Para conseguir este producto, aprendieron a hacer cajas de madera y con sus propios recursos económicos compraron la materia prima para elaborar los artefactos.

Estos proyectos elaborados durante el periodo lectivo se promocionarán en la semana cultural que se realizará en noviembre próximo. Luego los mostrarán a integrantes de la Cámara de Comercio, quienes decidirán a qué equipo apoyarán económicamente y logísticamente en la microempresa.