Las células cerebrales extraídas de fetos pueden servir para remplazar algunas de las que mueren tras un accidente cerebrovascular, informaron el lunes investigadores estadounidenses.
 
Tras implantar células cerebrales en ratas, investigadores comprobaron que las células inmaduras del cerebro se desplazaron hacia la zona donde un accidente cerebrovascular causó daños y permanecieron vivas, un dato muy importante, ya que las apoplejías suelen matar también a las células que están en los alrededores de la región dañada.
 
Estas células también pueden brindar una vía para tratar enfermedades que destruyen el cerebro y lesiones en la médula espinal, dijo el equipo de investigadores de la Universidad de Stanford.
 
"Es la primera vez que se demuestra que estas células humanas pueden sobrevivir, emigrar y diferenciarse en un lugar donde ocurrió una apoplejía, que no resulta el ambiente más favorable", dijo el neurocirujano Gary Steinberg, director del estudio.
 
El equipo de Steinberg utilizó células que fueron tomadas originalmente de fetos abortados hace unos años y que se conservaron en cultivos celulares en el laboratorios de la empresa StemCells Inc, con sede en Palo Alto, California.
 
Las células cerebrales "no son células madre embrionarias", dijo Steinberg, refiriéndose a las polémicas células tomadas de embriones humanos de días de engendrados. "Proceden de una línea establecida hace muchos años y esto no debe desatar tanta controversia".
 
Las células madre son células inmaduras que tienen la capacidad de convertirse en cualquier célula especializada del organismo. Hay varias fuentes para obtener estas células: de la médula ósea, de tejido fetal y de embriones.
 
El uso de células embrionarias resulta polémico debido a diferencias filosóficas sobre el comienzo de la vida.
 
El equipo de Steinberg hizo pruebas con células fetales cerebrales en ratas a las que le provocaron un accidente cerebrovascular.
 
Los investigadores, cuyo estudio fue publicado en la revista Proceedings of the National Academies of Science, dijeron que las células vivieron alrededor de un mes en las ratas y que se desplazaron hacia la zona del accidente cerebrovascular.
 
"Son células inteligentes", dijo Steinberg en una entrevista telefónica.
 
" Por qué emigran estas células hacia la zona del accidente cerebrovascular? Consideramos y tenemos alguna evidencia preliminar de que esto se debe a químicos y quimiocinas liberadas en la zona de daño", explicó.
 
Las quimiocinas son señales químicas emitidas por células, una especie de llamado molecular de auxilio en estos casos.
 
En la actualidad, el equipo está evaluando a las ratas para comprobar si las células implantadas les brindaron algún beneficio.
 
Los accidentes cerebrovasculares pueden ocasionar parálisis, pérdida del lenguaje y otros problemas en las personas.
 
Steinberg dijo que aún no está claro si los fármacos supresores del sistema inmunitario, como el ciclosporin, tendrían que utilizarse para impedir que el cuerpo rechace estas células. De hecho, a las ratas se les administró este tipo de medicamentos.