En un estrado erigido en la Plaza de la Revolución, el cantautor Silvio Rodríguez ofreció un concierto la noche del pasado jueves acompañado por la música de siete orquestas sinfónicas cubanas, convertidas en una sola bajo la batuta de Leo Brouwer.

El programa se inició con fragmentos de la cantata Carmina Burana, del compositor alemán Carl Orff. Más de 200 músicos y 150 cantores de algunos coros del  país interpretaron varios temas, dirigidos por Brower.

Posteriormente, el actor Héctor Quintero declamó los versos del Padre Nuestro Latinoamericano, del escritor uruguayo Mario Benedetti, con música del argentino Alberto Favero y de Brower.

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Rodríguez entró unos minutos después, vestido con una camisa negra en contraste con el impecable blanco de Brouwer.

Sin su inseparable guitarra, Rodríguez interpretó varias de sus composiciones, entre ellas:   Oh, Melancolía,  La vida,   Rabo de nube,  El problema,    Con un poco de amor, y Canto Arena.

Rodríguez comenzó su presentación dedicando el concierto a su amigo recién fallecido, el bailarín Antonio Gades, muerto esta semana en España a los 67 años de edad, víctima de un cáncer.

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“Con optimismo, como a él le hubiera gustado, quiero dedicar mis canciones a la memoria de un amigo personal y de Cuba, Antonio Gades”, dijo el autor de Te doy una canción.

En primera fila estuvo el presidente Fidel Castro, vestido de un traje sastre oscuro, y acompañado por el  vicepresidente, Carlos Lage, y el ministro de Cultura, Abel Prieto, según se vio en la  televisión local.

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Silvio, arropado por primera vez por las notas de  los músicos guiados por Brouwer, fue la estrella del concierto, organizado en conmemoración de la primera acción armada de Castro, el asalto al cuartel Moncada (Santiago de Cuba), el 26 de julio de 1953.

Al concierto al aire libre, de una hora de duración, asistieron unas 50.000 personas que se apostaron en la Plaza de la Revolución, frente a la imagen de Ernesto Che Guevara y delante del monumento a José Martí, héroe de la independencia cubana.

NOTAS

Compositor

Silvio Rodríguez nació en San Antonio de los Baños, provincia de La Habana, Cuba,  en 1946, y es considerado  uno de los más grandes compositores de la canción popular.

La revolución

Rodríguez defiende la política cubana, al igual que el bailarín español Antonio Gades, cuyas cenizas –que  llegaron a Cuba– serán sepultadas en un panteón para los héroes revolucionarios.  Antes de morir, Gades expresó su última voluntad al ministro de Defensa cubano, Raúl Castro. Le pidió  que recibiera sus cenizas e hiciera con ellas lo que creyese  conveniente.