Padre, danos cada día, el pan y el perdón

1.- El mensaje de la Palabra de Dios

El Padrenuestro resume las convicciones y deseos que deben estar presentes en la oración cristiana: Invocar a Dios como Padre y vivir la esperanza de un mundo más justo y más solidario.

El creyente, que sabe que el pan lo consigue con el sudor de su  frente, pide la fuerza del Espíritu para poder superar las luchas y dificultades de cada día.

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Lucas quiere superar una comprensión mágica de la oración de petición y la imagen de un Dios que aliena a la persona.

2.- ¿Qué compromiso nos pide el Señor?

Aprender a rezar el Padrenuestro.

Jesús nos enseña a dirigirnos al Padre con la misma confianza que tenía él.

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El reino:  el tema central de la predicación de Jesús, es el centro de la oración y la fraternidad. Es aún una semilla; pero nadie puede detener su avance.

El pan de cada día:  lo necesario para vivir, sin acaparar. No pedimos un pan milagroso, sino la fuerza del Señor, para poder conseguirlo nosotros mismos.

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El perdón:  sin él no podemos vivir. El perdón es la cumbre de la oración cristiana y al mismo tiempo el don de esa oración. El perdón que pedimos está condicionado por el perdón que nosotros otorgamos.

No caer en la tentación:  implica una decisión de la voluntad. No pedimos no ser tentados, sino la fuerza para dejarnos conducir por el Espíritu Santo que nos ayuda a descubrir en la tentación, una oportunidad para crecer en la virtud.

La oración es la clave de la victoria. Cristo, que venció porque oró, nos invita a orar para poder vencer.

 

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