Los miles de familiares de las víctimas de los ataques del 11 de septiembre del 2001 (9/11) temen que el informe de la comisión federal que investigó los atentados terroristas “se quede en una estantería, lleno de polvo”.

“Vamos a poner la espada de Damocles sobre sus cabezas”, prometió Debra Burlingame, cuyo hermano Charles era el piloto del avión que los terroristas estrellaron contra el Pentágono.

Otros, como Steve Push, cuya esposa, Lisa Raines, también viajaba en ese avión, reconoció que “va a ser una lucha muy dura. Hay fuerzas que van a intentar impedir que se produzcan esos cambios”.

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El informe acusa a las autoridades de no darse cuenta a tiempo de la gravedad de la amenaza terrorista y recomienda la creación de un director nacional de inteligencia, que coordine a la docena de servicios secretos que hay en el país y comandaría un nuevo centro nacional antiterrorista.

El presidente George W. Bush reaccionó con frialdad a la recomendación, aunque prometió que estudiará las sugerencias y aseguró que “donde el gobierno tenga que actuar, lo haremos”.

La prensa estadounidense pidió que las reformas recomendadas se concreten rápido y se preguntó acerca del futuro de la guerra contra el terrorismo.

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Los atentados del 11 de septiembre “nos sorprendieron” porque “nadie estaba preparado, aparte de algunos expertos hundidos en la burocracia bizantina de los servicios de inteligencia”, estimó el cotidiano USA Today.

Según el The New York Times, la creación de un puesto de director nacional de inteligencia es una “idea  excelente”, pero considera que “el Congreso necesita desesperadamente autorreformarse”.

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El diagnóstico debería permitir el debate sobre si EE.UU. está preparado para entrar en la guerra (contra el terrorismo) a largo plazo”, publicó el   The Washington Post.

El informe de la comisión del 9/11 reveló, además, que fueron los secuestradores del avión quienes precipitaron el vuelo 93 de United Airways sobre una zona rural de Pensilvania.

Hasta ahora tan solo se sabía que la aeronave cayó a tierra después de  que un grupo de pasajeros intentó neutralizar a sus cuatro secuestradores, pero se ignoraba exactamente la razón por la que se estrelló y quién se encontraba a los mandos del aparato.