La Caja del Seguro de Guayaquil presentó ayer un panorama de incertidumbre, división e inconformismo.

Mientras el Frente de Defensa de los Jubilados rechazaba el acuerdo firmado el miércoles pasado entre dirigentes de los pensionistas y el Gobierno –que consistió en financiar las pensiones con el alza del Impuesto a los Consumos Especiales–, el grupo de la asociación Publio Falconí expresaba, aunque con dudas, el apoyo.

Y es que los afiliados inactivos esperaban, ansiosos, la llegada de su dirigente, Ruth Domínguez, para que informara el monto del aumento y así definir bien su postura.

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La espera de la dirigente que llegaba de Quito se convirtió en un escenario de protestas.

José Hoyos, dirigente del Frente, enfatizó que la firma suscrita por Domínguez fue una traición a la clase jubilada. Ante ello, la dirigente respondió: “Hoyos es peor que una serpiente que se arrastra. Él no ha peleado. Es un farsante y mentiroso”.

Domínguez llegó a las 11h00, pero antes de salir de la Caja para informar a los jubilados sobre el acuerdo, primero conversó con sus bases. En la reunión explicó que el acuerdo consistía en que el Gobierno aumentará 30 dólares en las pensiones. Esto empezará a regir desde este mes.

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Los jubilados de Quito marcharon desde el edificio Zarzuela y la Matriz hacia la Presidencia para exigir al Gobierno que sancione favorablemente la Ley de Incremento de las Pensiones.

Falleció jubilado
El pensionista Lautaro Piguave, de 60 años, murió la madrugada de ayer. Él, según sus familiares, estuvo varios días en la Caja del Seguro de Guayaquil, donde se desarrolla la huelga de hambre. “Estaba viendo las noticias sobre el acuerdo con el Gobierno. Me imagino que la impresión le afectó”, dijo Carlos Piguave, hermano del fallecido.