El juez de Inmigración, Neale S. Foster, escuchó el lunes pasado el testimonio del primer testigo presentado por el Departamento de Seguridad Nacional de EE.UU., en el juicio de deportación contra el sacerdote Carlos Flores Andrade, acusado de enriquecimiento ilícito cuando ejerció la gerencia de la Aduana de Quito.

Flores afronta un juicio en Miami porque presuntamente violó las leyes que se aplican a los extranjeros que ingresan o residen en EE.UU., por lo que depende de este resultado si se concreta o no su deportación al Ecuador.

Entre las 13h30 y 15h30, el agente Raúl González, experto en asuntos migratorios, detalló los fundamentos de la demanda legal contra Flores.

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La abogada Joan Powers, defensora de Flores, tendrá la oportunidad de evitar la deportación del clérigo si  presenta testigos y pruebas contundentes.

En la primera audiencia efectuada en diciembre pasado, la Fiscalía presentó documentos de los procesos contra Flores en Ecuador, por lo que el juez Foster negó su pedido de fianza.

Según datos revelados por la Fiscalía, Flores entró a EE.UU. desde Puerto Rico el 8 de junio del 2003. En ese entonces fue detenido para interrogatorio,  luego liberado. Resaltó que Flores falló en presentarse a la entrevista de ciudadanía el 28 de abril pasado, cuando ya sabía que lo  buscaban las autoridades del Ecuador y se cambió de domicilio.

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El proceso continuará el próximo 20 de agosto del 2004, ante el juez Foster.

El juez 3º de lo Penal de Pichincha, Luis Fernández, acusó a Flores como autor de enriquecimiento ilícito en la Aduana de Quito, luego de  que sus abogados defensores plantearan un recurso de casación, el cual lo  negó la Tercera Sala Penal de la Corte Superior de Quito, que ratificó la sentencia el pasado 12 de abril.