Para que el sistema de jubilaciones del Seguro Social ecuatoriano resulte efectivo deben darse estas reformas:

El traslado de fondos previsionales al sector privado, mediante un sistema financiero de capitalización individual voluntaria, y no el modelo de reparto, como existe en la actualidad, que permita al afiliado conocer la rentabilidad que está recibiendo, y garantía suficiente frente a la existencia de contingencias.

Nuestra seguridad social mantiene un sistema vetusto, sometido a intereses particulares cuya estructura no concreta la finalidad correcta, que es crear un sistema de protección para toda la población. La nueva Ley de Seguridad Social promulgada el 30 de noviembre del 2001 pretendía modernizar al IESS (Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social), permitiendo la coexistencia de los sectores público y privado, en la administración de recursos.

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Lamentablemente, el Tribunal Constitucional declaró inconstitucional algunos artículos, lo cual hizo retroceder al Ecuador e impidió profundas reformas estructurales; los resultados son palpables: reducidas pensiones de jubilación e inadecuada atención médica con consecuencias funestas.

Ab. Álex León Ramírez
Guayaquil

La condición actual de los jubilados amerita aumentar sus pensiones a niveles que les permita  vivir con decoro. Pero, ha planteado la necesidad de efectuar cambios estructurales para la buena marcha de la seguridad social.

Dicho mecanismo fue creado en una época en la que el crecimiento demográfico permitía que gran número de cotizantes generen recursos, para la permanencia del sistema a largo plazo. Al reducirse el crecimiento demográfico se produjo desfase generacional entre el crecimiento del número de jubilados, en relación con el de aportantes, incidiendo así en el flujo de caja.

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Además, la expectativa de vida ha aumentado, con lo cual se extiende el periodo del pago de pensiones, agregando presiones sobre el flujo.

La situación se complica más si se consideran los adelantos tecnológicos en medicina, que ha incorporado nuevos tratamientos más costosos que antes. Como resultado de esto, el costo de la atención médica tiende a incrementarse geométricamente.

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Lo anterior supone presiones sobre la seguridad social en todos los países del mundo. Algunos estados, Alemania por ejemplo, han recurrido a soluciones como incrementar la edad de la jubilación; en Ecuador, a la inversa, se la redujo. Se suman factores políticos de épocas cercanas a elecciones; la inobservancia de elementos técnicos como la aprobación del Seguro Campesino que da atención a 1’000.000 de personas con aporte simbólico; licuación de la deuda del Estado ajustada a 25.000 sucres por dólar, en lugar de haberla convertido de sucres a dólares, al momento de los préstamos otorgados.

Luis Pérez B.
Quito