Irán calificó ayer de “fantasía e invento” la insinuación de que pudo haber estado involucrado en los atentados del 11 de septiembre del 2001 contra EE.UU., al permitir el paso de los terroristas.

El presidente estadounidense, George W. Bush, dijo el lunes que Washington investigaba si Irán desempeñó un papel en los atentados en Nueva York y Washington, atribuidos a Al Qaeda.

Bush reiteró las acusaciones de que Irán protege a líderes de la red islámica e instó a Teherán a deportarlos a sus países de origen.

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Pese a las tensas relaciones, Washington necesita dialogar con Teherán por sus intereses en Iraq y Afganistán, países vecinos de Irán, y para abordar el tema nuclear y el terrorismo.

Por eso, Bush se muestra prudente, afirmando que no hay pruebas formales y sin mencionar posibles consecuencias para Teherán.

El mandatario estadounidense dijo ayer que deseaba ser el “presidente de la paz”.

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“Nadie quiere ser el presidente de la guerra. Quiero ser el presidente de la paz”, señaló Bush, quien se había autodenominado el “presidente de la guerra” tras llevar a Estados Unidos a librar una lucha contra el terrorismo después de los atentados del 11 de septiembre de 2001.

Bush agregó que las guerras en Afganistán e Iraq han hecho que Estados Unidos sea una nación más segura y que su reelección le permitiría terminar su trabajo.

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DIÁLOGOS

Lecciones
El secretario de Estado adjunto de EE.UU., John Bolton, dijo ayer que las lecciones aprendidas con la promesa de Libia de eliminar sus armas de destrucción masiva podrían usarse en la disputa con Corea del Norte y su programa nuclear bélico.

Eje del mal
El presidente de EE.UU., George W. Bush, calificó a Irán en el 2002 como parte de un “eje del mal” junto con Corea del Norte y el Iraq de Saddam Hussein.