Los jubilados de Guayaquil amanecieron ayer en su sexto día de huelga de hambre con una mala noticia: la muerte de dos compañeros: José Tony Wilson, de 67 años, y Ecuador Véliz Flores, de 71 años. Ambos murieron de un infarto al corazón, el domingo pasado.

Wilson participó en el ayuno voluntario que los pensionistas iniciaron el 14 de julio. Él decidió plegar a esta huelga, pues su ingreso de $ 30 no era suficiente para mantener a su familia, cuenta su hermano Samson Wilson.

José, quien se jubiló hace tres años de marino mercante, ubicó su colchón en una de las cuatro carpas que sirven de morada a cerca de 30 huelguistas.

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Pero ahora solo queda su puesto. Wilson estuvo hasta el domingo afuera del Seguro Social y participó de la fiesta del Día del Jubilado. Luego se sintió mal y se fue con la incertidumbre de que si pagarían o no la pensión del mes de agosto, relata su compañera, Gregoria Tigrero. Wilson visitó primero a su madre, Lucía, y después se trasladó a casa. Su desenlace ocurrió en su hamaca, donde se acostó a descansar. Pero no despertó más. Murió de un infarto fulminante, a las 17h00. Su única hija, Mariuxi Wilson, de 27 años, cuenta que su padre era cardíaco y la tensión que vivía debido a que el Gobierno no definía el aumento de sus pensiones complicó más su salud. El cuerpo de Wilson fue trasladado al Seguro. Sus compañeros le dieron el último adiós.

El otro fallecido, Ecuador Véliz, no participó de la huelga de hambre, pero sí de la toma de la Caja del Seguro, que hoy cumple 35 días en manos de los pensionistas.

Ruth Domínguez, presidenta de la Asociación Publio Falconí, confirmó el deceso de Ecuador y enfatizó que están a la espera de que la primera dama, Ximena Bohórquez, les confirme una fecha para conversar con varios diputados. Domínguez asegura que mantienen su pedido de que les aumenten la pensión mínima a 135 dólares, pero los jubilados están dispuestos a negociar.

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Sin embargo, no aceptan el alza propuesta por el Gobierno que oscila entre $ 10 y 30 dólares. La dirigente también denunció la donación de medicamentos caducados: tres suspensiones de calcio que tenían como fecha de expiración septiembre del 2003 y diez frascos de vitamina B, que caducaron en mayo del 2004.