Un sacerdote peruano que desde hace un año trabajaba como misionero en sectores pobres de esta capital fue asesinado a puñaladas en uno de los barrios más peligrosos de San Juan en un aparente robo.
 
El cadáver de Juan Julio Fernández Suliduz, de 42 años y adscrito a la Sociedad Padres Oblatos, fue encontrado el lunes dentro de una maleta en un depósito de basura del barrio Jurutungo.
 
El director de la División de Homicidios de San Juan, Eddie Hernández, dijo que testigos del crimen, ocurrido el domingo en la noche, señalaron a dos hombres como los responsables del asesinato.
 
Estamos esperando informes forenses, para poder acudir a la fiscalía y radicar los cargos. Hasta el momento tenemos dos sospechosos... el móvil del crimen fue el robo, dijo el oficial.
 
El arzobispo de San Juan, Roberto González Nieves, lamentó la pérdida, ofreció su pésame a los familiares e hizo un llamado al pueblo en general para detener la ola criminal que azota la isla.
 
La muerte del Padre Julio es una tragedia más de esta espiral de violencia que padece nuestra sociedad. El corazón de nuestro querido Puerto Rico está de luto con tantas muertes violentas, expresó González Nieves.
 
El arzobispo dijo que el padre pertenecía a la orden de los Oblatos de María Inmaculada y era Superior de los Oblatos en Puerto Rico, y párroco de la Gruta de Lourdes en Trujillo Alto, un pueblo del área metropolitana.
 
Las manos del sacerdote estaban atadas en su espalda con cinta adhesiva, al igual que su piernas y la cabeza, que tenía cubierta con una toalla.
 
Las autoridades estiman que 450 personas habían sido asesinadas hasta el martes en esta isla de 3,8 millones de habitantes, 33 más que hasta la misma fecha el año pasado.
 
Más del 60% de los asesinatos están vinculados al narcotráfico, según la Policía.