El Reino Unido simuló ayer un atentado terrorista con gas nervioso para comprobar la respuesta de los servicios de emergencia y fuerzas de seguridad, en el que unas 400 personas hicieron de “víctimas”.

El simulacro, el mayor que jamás se ha desarrollado en este país, tuvo lugar en Birmingham (centro de Inglaterra) y contó con la participación de 2.000 miembros de la policía, bomberos y voluntarios del Ejército.