Un atentado suicida con un camión bomba frente a una comisaría de Bagdad causó este lunes al menos 10 muertos y decenas de heridos, destruyendo coches y edificios.
 
Fue el último de una serie de ataques suicidas contra la policía iraquí, los miembros de la Guardia Nacional y altos funcionarios del nuevo gobierno de Iraq en una campaña de violencia cada vez mayor.
 
El atentado se produjo mientras Filipinas se preparaba para la retirada de sus tropas, cediendo a una demanda de un grupo de insurgentes que amenazaba con matar a un rehén filipino.
 
El teniente coronel del Ejército de Estados Unidos Bill Salter dijo que entre 10 y 15 personas murieron y otras 40 resultaron heridas en el ataque, que dijo fue perpetrado probablemente por un suicida.
 
"Creemos que fue posiblemente un vehículo del tipo de un camión de combustible", dijo Salter a periodistas. Los testigos dijeron que vieron un camión cisterna dirigiéndose hacia la comisaría de policía momentos antes de la explosión.
 
Imágenes de Reuters Television mostraron llamas saliendo de restos de coches calcinados una hora después de la explosión, y humo elevándose desde los edificios afectados.
 
Varias personas recogieron los restos de los muertos, llenando varias cajas con los restos ensangrentados. Había un gran charco de sangre en la calle y un profundo cráter por la explosión.
 
La bomba estalló poco después de las 8 a.m. (04:00 GMT), mientras la gente iba a trabajar. Talleres de coches enfrente de la comisaría fueron los más afectados por la explosión, dijeron testigos, y varias personas que trabajaban ahí murieron.
 
Después del ataque, la policía iraquí hizo disparos de advertencia al aire para dispersar a una multitud de indignados jóvenes iraquíes que gritaban: " Con nuestras almas y sangre, nos sacrificamos por ti, Saddam!".
 
Personal de seguridad iraquí los reprendió. Uno de ellos apuntó a la masacre dejada por el atentado y dijo: "Eso es Saddam Hussein para tí".
 
Un coche bomba frente a la sede del Ejército de Estados Unidos y el gobierno interino iraquí en Bagdad mató la semana pasada a 11 personas y otro frente a una guarnición de la Guardia Nacional a 200 kilómetros al noroeste de Bagdad mató a 10.