Una microempresa de flores

Empremil es una entidad que tiene como objetivo crear microempresas personales dirigidas a las amas de casa.

Uno de los primeros productos que han empezado a elaborar las mujeres son las flores de azúcar, que sirven como decoración en repostería.

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La idea es que las interesadas hagan los dulces y Empremil los comercialice. Pero, ¿en qué consiste el negocio? Julio Morán, presidente ejecutivo, explica que la primera parte del trabajo es capacitar a las mujeres. El curso cuesta 35 dólares y dura dos semanas. Luego viene la mano de obra.

Empremil se contacta con la artesana y le solicita la cantidad de flores que requiere para el mercado interno. Las microempresarias venden cada flor entre tres y cuatro dólares, todo depende del diseño. La entidad la vende a 8 dólares.

Pero elaborar el producto requiere una ardua tarea.

Raquel Altamirano, instructora, calcula que para hacer 200 flores de azúcar, se deben invertir 15 dólares. Los ingredientes requeridos son: cinco fundas de azúcar impalpable, tres cajas de gelatina sin sabor y una tarrina de glucosa. El trabajo dura una semana.

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Sin embargo, el mercado interno no es el único al que apunta Empremil.

También quiere comercializar las flores al exterior, como a Estados Unidos y Europa.

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Julio Morán detalla que, en estos casos, las flores aumentan su precio. Pueden costar entre 8 y 12 dólares.