Fernanda Cagua, de 25 años, lloró desesperadamente en el momento que ingresó a la morgue para tratar de vestir a su hijo, Abraham Isaías Arízaba, de 3 años 7 meses, quien se ahogó en una cisterna el viernes.

El impacto emocional de la madre fue tremendo y no logró su objetivo. Su esposo, Omar Arízaba, lo hizo, aunque con profundo dolor.

El accidente ocurrió cerca de las 21h00 del viernes, cuando el menor se encontraba junto a la madre en casa de un pariente, en la cooperativa El Limonar, junto a la ciudadela Acuarela del Río, en el norte de Guayaquil.

Publicidad

Según Fernanda Cagua, el pequeño jugaba con unos amigos, mientras ella en compañía de una prima (que no identificó) prendían la bomba de agua para llenar la cisterna. De pronto llegó Omar Arízaba, y al preguntar por su hijo se dieron cuenta de su desaparición.

Lo buscaron con ayuda de los vecinos y, minutos después, un familiar les avisó que el niño apareció y que fue trasladado al hospital Roberto Gilbert Elizalde, donde comprobaron su deceso.

El forense Jorge Córdova, de Medicina Legal de la Policía, dijo que el niño murió de asfixia por sumersión.