La Unión Europea (UE) y el Mercosur intentarán, la próxima semana en Bruselas, limar diferencias y progresar hacia la consecución del acuerdo de libre comercio que persiguen desde 1999 y proyectan firmar en el mes de octubre.
 
En la nueva ronda de conversaciones, los negociadores comunitarios buscarán concretar "las pistas" que indican que el bloque suramericano estaría dispuesto a conceder una mayor apertura para las empresas europeas de servicios financieros, telecomunicaciones, transportes o mercados públicos, según fuentes comunitarias.
 
Por su parte, el Mercosur (Argentina, Brasil, Uruguay y Paraguay) reclamará mejoras en la oferta europea para sus productos agropecuarios, en particular un aumento en la cuota anual de carne, que la UE fija actualmente en 50.000 toneladas directas más otras 50.000 vinculadas al éxito de las negociaciones de la Organización Mundial del Comercio (OMC), según fuentes del bloque.
 
En términos globales, la UE ha ofrecido al Mercosur la eliminación en diez años del 92 por ciento de los aranceles que gravan sus exportaciones y cuotas preferenciales para productos agrícolas no cubiertos por la liberalización, mientras que el bloque suramericano ha planteado a la Unión la retirada del 87 por ciento de sus aranceles en idéntico plazo, según las fuentes.
 
En la ronda, que arranca el lunes, las delegaciones estarán encabezadas por el director de Negociaciones Internacionales de Brasil, Regis Arslanian, cuyo país ostenta la presidencia pro témpore del Mercosur, y por el responsable de negociaciones de la Comisión Europea (CE), Karl Falkenberg.
 
UE y Mercosur pactaron, en la pasada cumbre UE-América Latina y Caribe -Guadalajara, México, los pasados 28 y 29 de mayo- intentar que las negociaciones concluyan en octubre próximo.
 
No obstante, la dos partes se muestran todavía insatisfechas con las ofertas de la otra, y ninguna descarta aplazar la fecha de finalización si para entonces no se ha logrado un resultado óptimo.
 
La ronda inmediatamente posterior a la cumbre de Guadalajara, celebrada en Buenos Aires del 7 al 11 de junio, avivó las diferencias al no permitir "clarificar, ni mejorar" las ofertas, según dijo entonces la portavoz de Comercio de la CE, Arancha González.
 
Sin embargo, los contactos técnicos y políticos mantenidos desde entonces han insuflado un optimismo cauto a las partes sobre las posibilidades de éxito.
 
El pasado 11 de julio en París, el ministro brasileño de Exteriores, Celso Amorim, comunicó al comisario europeo de Comercio, Pascal Lamy, la disposición del Mercosur a ampliar la oferta a las empresas europeas a los mercados de servicios financieros, telecomunicaciones, transporte marítimo y compras públicas.
 
Por su parte, la CE considera que su oferta agrícola al bloque es la "mejor que ha planteado la UE" a un socio comercial, ya que da acceso preferencial para el 99% de sus productos agrícolas, pero se muestra dispuesta a concluir un acuerdo "lo más ambicioso posible" siempre que sea "equilibrado", según González.
 
Otro motivo para el optimismo es el resultado de los encuentros técnicos celebrados en Bruselas durante las dos últimas semanas, que, según fuentes de las dos partes, han permitido clarificar las exigencias recíprocas en materia de reglas sanitarias y fitosanitarias, o en las denominaciones de origen de vinos.
 
El acuerdo de asociación entre la UE y Mercosur incluirá, además del primer Tratado de Libre Comercio entre dos bloques regionales, disposiciones relativas a la cooperación y al diálogo político, cuyas negociaciones han sido ya prácticamente resueltas.