Entre los establecimientos están registrados las discotecas, bares, peñas y cafeterías

En Guayaquil y en la vía a Samborondón hay 271 establecimientos que permiten que las noches de los jueves, viernes y sábado tengan un movimiento intenso, a diferencia de los otros días de la semana. La cifra era menor hasta hace dos años (213) y aumentó a un ritmo del 21,7%.

En lo referente a bares y discotecas, en el 2002 solo habían 125 establecimientos registrados y en el 2004 (hasta abril), 174, según la Cámara de Turismo del Guayas, la institución que junto al Municipio ha legalizado estos locales de diversión.

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Los registros de la Cámara  detallan el funcionamiento de 67 discotecas, 107 cafeterías, 6 peñas, 91 bares y 321 fuentes de soda.

La mayor cantidad de discotecas, bares y cafeterías se ubica en el norte de Guayaquil: 134. Los locales están especialmente en las ciudadelas Urdesa, Kennedy, Alborada y Sauces.

En este sector el entretenimiento, la música y el baile empiezan a partir de las 23h00. Los jóvenes lideran en estos sitios.

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 Los establecimientos, debido a la demanda, ofrecen descuentos a sus clientes; y los que cobran la entrada, incluso, dejan ingresar a las mujeres gratis –hasta cierta hora– como estrategia de consumo.
Asimismo, ofrecen barra libre, es decir que al pagar la entrada ($ 15)el cliente puede consumir la cantidad de bebidas que desee.

La música está inclinada al regae y la electrónica. Así lo manifestó William Lucas, vocero de la discoteca Fizz (Francisco de Orellana), una de las más antiguas, aunque ha cambiado su nombre en varias ocasiones.

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Otro local al que asisten aproximadamente 400 personas es Picasso. Victoria Guerrero comentó que le agrada el lugar, porque la música es variada y hay conciertos.

En el centro de la urbe predominan los bares y las peñas. Allí las actividades se encienden más temprano, desde las 20h00 porque, según explicó Juan Pablo Chávez, propietario del Baradero bar, ubicado en la calle Boyacá y Luque, las personas prefieren asistir a estos lugares luego de salir de sus trabajos.

En los establecimientos de la calle Rocafuerte y en las escalinatas del cerro Santa Ana, los asistentes escuchan música tropical, degustan piqueos, beben, cantan y oyen a los cantantes de boleros, grupos folclóricos y humorísticos.

José Loor, quien asistió a Baradero, señaló que vive en el sur y prefiere este tipo de lugares porque hay más personas de su edad (41 años). “Mi estilo son las peñas. Me gusta el ambiente tranquilo”.

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En cambio, en un recorrido que hizo este Diario por las calles 25 de Julio, Eloy Alfaro, Chimborazo y Chile, al sur de la urbe, se observó que el panorama es diferente al norte y el centro. No se observan sitios de diversión y los moradores prefieren trasladarse a otros sectores.

En la vía a Samborondón se encuentran, mayormente, restaurantes y bares. Un ejemplo es el establecimiento Barroco, donde, según Ruffo Avilés, administrador del lugar, cerca de 200 personas se reúnen los viernes y sábados a conversar, comer y escuchar música de los años setenta.