Unos mil jubilados ecuatorianos llegaron hoy hasta la Plaza de la Independencia, frente al palacio del Gobierno en Quito, para exigir el aumento de sus pensiones y rechazar las medidas tributarias propuestas por el Ejecutivo.
 
Los jubilados, que portaban cientos de antorchas que iluminaron la noche quiteña, cumplieron hoy 26 días de una protesta que se radicalizó el miércoles pasado, cuando unos 50 ancianos comenzaron una huelga de hambre.
 
Otros grupos sociales, entre ellos jóvenes estudiantes, acompañaron a los ancianos durante el recorrido por las calles de la capital hasta la sede del Ejecutivo, que aún no se ha pronunciado sobre las demandas de los jubilados.
 
Durante la protesta, varios grupos de jubilados pidieron la renuncia del jefe del Estado, Lucio Gutiérrez, quien hoy, viernes, envió al Congreso un proyecto para financiar el aumento de las pensiones mediante la subida del Impuesto a los Consumos Especiales (ICE), que grava las bebidas alcohólicas, la cerveza y los cigarrillos.
 
Los jubilados exigen un incremento del 53 por ciento de sus pensiones y una pensión mínima de 135,6 dólares al mes.
 
Los ancianos se oponen a las medidas tributarias y exigen al Gobierno que pague una antigua y millonaria deuda con el Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS), que agrupa a más de 420.000 pensionistas.
 
El dirigente de los jubilados, Gabriel Riera, confirmó que su gremio no está de acuerdo con el aumento de impuestos porque al final "perjudicará a todos los ecuatorianos".
 
Riera insistió en que el Gobierno debe pagar la deuda con el IESS, que las autoridades calculan en 500 millones de dólares, pero diversos analistas y los abogados de los ancianos la cifran en más de dos mil millones.
 
El dirigente de los pensionistas reiteró que la huelga irá "hasta las últimas consecuencias" y responsabilizó al Ejecutivo de lo que pueda pasar con los ancianos que llevan a cabo el "ayuno voluntario".
 
Durante la manifestación, decenas de curiosos se sumaron a la manifestación, mientras que otros aplaudían desde sus balcones el paso de los ancianos, que se han convertido en el grupo social con mayor presencia política en Ecuador.
 
Una delegación de los dirigentes de los jubilados expresó su interés en reunirse con Lucio Gutiérrez.
 
Decenas de policías y militares, que habitualmente impiden el paso de los huelguistas a la Plaza de la Independencia, esta vez no se opusieron a la llegada de los ancianos.