En múltiples ocasiones me he dirigido a la otrora eficiente Comisión de Tránsito del Guayas (CTG), para comentar los siguientes asuntos con la esperanza de que tomen medidas correctivas, pero hasta el momento, ¡nada!

Los ciclistas, tricicleros, carretilleros y otros conductores de vehículos no motorizados, han tomado la mala costumbre de circular en sentido contrario a los automotores, exponiendo su vida y la de terceras personas.

¿Cuál es, ante la ley, la responsabilidad que tenemos los conductores que manejamos correctamente, si por lo antes expuesto hay un accidente o una muerte que lamentar? Recuerdo que un oficial de tránsito, ante esta pregunta, respondió: “El conductor va preso aunque no sea culpable, ya que no hay legislación al respecto, y los vigilantes no podemos hacer ¡nada!”.

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Los buses en la ciudadela Urdesa, y el resto de la ciudad, siguen rodando a velocidades asesinas y controlados por relojes camuflados. Al pie de una obra tan hermosa como el centro comercial San Marino, vemos todos los días a los choferes de buses y taxis que hacen lo que les da la gana, se parquean donde quieren, ¿y las autoridades de tránsito qué hacen? ¡Nada!

Los conductores que por desgracia debemos pasar por cualquiera de las calles adyacentes a ese centro comercial, al igual que los peatones y clientes, nos exponemos a los riesgos de accidentes que producen los buseteros y taxistas, pero los administradores tampoco hacen ¡nada!

Ojalá que esta comunicación sea leída por personas interesadas en ayudar a resolver estos asuntos, o correré simplemente el riesgo de que no pase ¡nada!

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Alfredo Zunino González
Guayaquil