Sirenas de policías y bomberos, hospitales de  campaña en el Paseo del Prado, denso humo negro, circulación cortada, cordones  policiales: cuatro meses después de los atentados de Madrid, un importante  incendio situado a unos 200 metros de la estación de Atocha paralizó la capital  española en la tarde de este jueves, pero no produjo víctimas. 
 
"Escuché una explosión. Miré y había enormes llamaradas y humo por todas  partes. Salimos corriendo. Había obreros trabajando en el edificio. Espero que  hayan podido escapar", dijo a AFP Luis Antonio Palán, obrero que trabajaba en  un edificio vecino a la subestación eléctrica de Unión Fenosa de la calle  Almadén, en el barrio de los grandes museos madrileños. 
 
"Sentí olor a plástico quemado, miré y todo estaba en llamas. Después hubo  varias explosiones. Era impresionante" añade José, colega de Luis Antonio.  Afortunadamente, los obreros que trabajan desde hace 18 meses en el edificio de  la central eléctrica tuvieron tiempo de salir. 
 
Hacia las 14h00 (12H00 GMT), media hora después de iniciado el incendio,  llamas de unos veinte metros arrasaban al edificio, dejando una espesa humareda  negra visible desde varios kilómetros a la redonda y expandiendo un pesado calor por la avenida del Prado. 
 
La circulación fue cortada en este eje principal que pasa por delante del  Museo del Prado, aunque la presencia de vehículos era incesante. 
 
Hasta el lugar del siniestro llegaban coches de policía, camiones de  bomberos, ambulancias y también coches particulares de bomberos, cuyos  ocupantes, llegados de civil se cambiaron de ropa en el mismo sitio del  incendio. 
 
Los policías trataron de establecer un primer cordón de seguridad mientras  el fuego amenazaba con ganar otros inmuebles, sobre todo una gasolinera. 
 
Los bomberos tenían dificultades para trabajar, ya que la callejuela donde  se declaró el incendio no les permitía pasar con grandes autobombas. 
 
Junto a ello, el fuerte viento parecía alimentar el fuego y el humo se  hacía cada vez más negro, cubriendo el cielo hasta el punto que algunos  testigos afirmaban que en un principio creyeron que era un eclipse. 
 
Por precaución la policía decidió evacuar la zona mientras que los bomberos  trataban de impedir que se propague el fuego en un barrio compuesto por  edificios viejos de estructura de madera. "Cuando la policía nos dijo de  evacuar, no necesitamos explicación... Tuvimos miedo y enseguida vimos que no  era un atentado", confió a AFP el polifacético actor y presentador Pedro Ruiz,  que vive en la calle Almadén. 
 
Un hospital de campaña se montó en el Paseo del Prado. Una medida de  precaución ya que los servicios de seguridad sólo debieron atender a media  docena de personas que inhalaron humo o sufrieron crisis nerviosas. 
 
La electricidad fue cortada en todo el barrio. Ocho mil hogares resultaron  afectados por el corte de suministro, pero también miles de turistas y  negocios. 
 
Habitualmente llenos a esa hora,  VIPS, Starbucks, Planet Hollywood y cafés  frecuentados por turistas cerraron sus puertas. El hotel Palace, de cinco  estrellas y sus 466 habitaciones también se vio privado de corriente  eléctrica. 
 
"Hemos verificado que no haya nadie bloqueado en ascensores... La gente  toma los cortes con filosofía...", explicó a la AFP Marta Aguilar, ejecutiva  del hotel. 
 
Del otro lado de la avenida, el museo del Prado también cerró sus puertas.  "No hemos tenido que pedir a la gente que salga. Los dejamos salir  tranquilamente. Simplemente no los dejamos entrar", explicó un responsable. 
 
Visitantes de todas las nacionalidades encuentran las puertas cerradas y se  dirigen hacia el Museo Thyssen, situado a 500 metros. "Es una lástima", se  lamenta Javier Bardin, un turista argentino. "Estamos sólo hasta mañana y si no  reabre podremos dejar de verlo". 
 
A las 17H00 locales (15H00 GMT), el incendio estaba ya casi controlado,  según un responsable de la policía que no descartó la posibilidad que se  derrumbe el edificio.