El primer ministro Tony Blair fue exonerado ayer de haber engañado deliberadamente a los británicos para invadir a Iraq en el informe que Lord Butler presentó ante la Cámara de los Comunes, en el que se condena la justificación británica para ocupar Bagdad.

La semana pasada el Comité de Inteligencia del Senado de EE.UU. concluyó que la Agencia Central de Inteligencia (CIA) exageró un informe que describía la amenaza de Iraq.

Blair admitió ayer que “parece cada vez más claro que en el momento de la invasión, Saddam no tenía reservas de armas químicas o biológicas listas para ser desplegadas” y el presidente George W. Bush reconoció esta semana que no se han encontrado las armas prohibidas, pero afirmó que “de todos modos, la decisión de ir a Iraq fue la correcta”.

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El diario The New York Times informó ayer que Bush y la CIA se han negado a entregar al Senado un documento solicitado en la investigación sobre las causas para desencadenar la invasión a Iraq.

Bush afirmó a fines del 2002 e inicios del 2003,  que Iraq poseía armas biológicas, químicas y nucleares, y la capacidad militar para emplearlas, mientras que Blair dijo en septiembre del 2002 que Iraq podría desplegar ese arsenal en 45 minutos. 

Las armas no se han hallado luego de un año del derrocamiento de Saddam Hussein.