El saqueo de los fondos del IESS por parte de sus ejecutivos y empleados ha ocasionado la desesperada respuesta de los jubilados, quienes ahora desean ser exclusivamente ellos los beneficiarios de dicho dinero; convirtiendo una justa protesta que ganó la simpatía ciudadana, en algo que puede provocar un hecho catastrófico para el país.

Como no podía ser de otra manera, los políticos y diputados ya metieron sus pezuñas en el caso, prestaron sus “desinteresados servicios” y consiguieron, para satisfacción de los jubilados, un salario mínimo como pensión básica y la devolución del fondo de reserva cada tres años. No sé cómo se les pasó el haber sido más generosos y solicitar el valor de la canasta familiar, que representa más dinero.

El causante de este desaguisado, es cierto diputado que consciente del momento electoral que vive el país, hizo una propuesta en el Congreso a sabiendas de que nadie se arriesgaría a rechazarla y caer en la impopularidad, consiguiendo anotarse otro magistral poroto.

Publicidad

Para lograr ese propósito, no se han necesitado cálculos actuariales, ni indicar cómo se financiará su “regalo”, porque ese es problema del que paga, y él solo regala. Tampoco el Gobierno se ha basado en cálculo alguno para determinar que son $ 80 millones los que le corresponden pagar, y amenaza castigarnos a todos los simpatizantes con los jubilados con un aumento del 1% del IVA, que le generarán $ 150 millones, que es casi el doble de lo que dice que va a pagar.

Este es un macabro juego de ping pong entre el Congreso y el Gobierno, que han cogido de bola a los jubilados. Ojalá no signifique una factura para un pueblo que ya no aguanta un centavo más de impuestos, y que está harto de ver cómo se roban, en las instituciones públicas, el dinero que les entregamos con esfuerzo.

Ha llegado la hora de que al IESS se le abra una competencia para que mejore o sucumba, y que las futuras generaciones no sean víctimas de las barbaridades que esta institución ha hecho con los fondos de los afiliados.

Publicidad

Haciendo parangón a la célebre sentencia de quien fue presidente del país, Carlos Julio Arosemena, debemos repetir: “El IESS debe morir, para que la patria viva”.

Ab. Eduardo Sevilla Carvajal
Guayaquil
Los poderes del Estado son los únicos llamados para cualquier reforma.

Publicidad

Se debe dejar afuera la politiquería barata con fines personales y electorales.

Los ricos tienen que pensar en los pobres ya que al final de sus vidas, también rendirán cuentas a Alguien.

Me parece acertado que se eleve el IVA al 1%, y si tanta alharaca se hace, no cuesta nada un Impuesto al Valor Agregado del 0,5%; lo contrario: el Servicio de Rentas Internas (SRI), ha recaudado muchos millones de dólares más de lo calculado, que se daría a los jubilados, hambrientos de espíritu y cuerpo. Entonces, ¿acaso esperamos por ahí un “pinochettazo”?

¡Señores, no juguemos con fuego!, después no habrá nada que hacer.

Publicidad

Lic Ing. José Espinoza Vaca
Guayaquil

Pocos jubilados (somos 261.715) del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social, avergonzaron a propios y extraños por su valentía, al tomarse las oficinas del Seguro, declarándose en huelga de hambre.

Su protesta es ante la impavidez colectiva por el trato injusto, el despilfarro, las canonjías, la prepotencia, la falta de aumento de sus pensiones jubilares y la viveza del Gobierno al querer apropiarse de los fondos que el IESS mantiene en un banco del Estado.

Esta es una lucha clasista por el reclamo de derechos inclaudicables, que todo el país debería apoyar.

Indolentes, buenos para nada, hoy en mala hora dirigen los destinos del Seguro Social en contubernio con asesores de aves de rapiña. ¡Basta de personal descalificado, de vivarachos vagos, empleados chantajistas incrustados desde el Consejo directivo hasta la última consejería del IESS!

Que renuncien los principales del IESS por ineptos, y sean reemplazados por eméritos capaces, con virtudes y experiencia.

Fernando Renella Coll
Guayaquil

El gigante miserable llamado centralismo, ahora carga contra las viejos la burocracia dorada, esta vez del IESS. No tiene la menor compasión, ni siquiera con los jubilados.

Esos ecuatorianos que han entregado su vida al servicio del país, los maltrata cual mendigos o pordioseros teniéndolos por horas bajo el sol, para recibir una pensión de miseria. Pero Guayaquil es cuna gloriosa de libertad, y desde nuestra ciudad será lanzada la definitiva pedrada que derrumbará a este Goliath desalmado que es el IESS.

Los jubilados, como David, débiles, sin fuerzas, en desventaja, tumbarán a ese ogro invencible del Estado ecuatoriano, y en el futuro, elevaremos un monumento a los viejos luchadores que expusieron en las calles sus fuerzas postreras por la dignidad y un futuro sin centralismo.

Paul Tapia Goya
San Antonio, EE.UU.

“Ni un paso atrás”, fue la frase histórica que glorificó a nuestras Fuerzas Armadas en la guerra del Cenepa. ¡Ahora o nunca, valientes jubilados de la brigada de viejos robles que ofrendaron la vida al servicio de la patria!

¡Basta ya de tanta injusticia social que vulnera el derecho y la razón insoslayable!
¡Basta ya al trío gambeteador y pernicioso del IESS!

¡Basta ya al festín de los recursos intangibles de los afiliados y jubilados, a golpistas que sugieren la disolución del Congreso Nacional y la vigencia de la dictadura política de la nación, a esos aduladores, lastres peligrosos y atentatorios contra los jubilados y pensionistas que perciben migajas salariales!

Al tacho la postura contradictoria del ministro financiero, cuyo latisueldo mensual supera a diez años de salarios vigentes de los trabajadores pasivos.

Estos son los vampiros que trafican con el hambre del pueblo y la miseria de los pobres, que subsisten por la gracia de Dios.

M. Hugo Puente Jaramillo
Quito