La consigna de los jubilados del país se mantiene: si la comisión tripartita (Gobierno, Congreso y Seguro Social) no encuentra un mecanismo para financiar el alza de las pensiones jubilares a 135,62 dólares, la huelga de hambre empezará mañana.

En Guayaquil, los pensionistas, que llevan 28 días en las instalaciones de la Caja del Seguro, están dispuestos a realizarla. Casos similares ocurren en Quito, Cuenca, Loja y Esmeraldas.

Los médicos del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS) prevén que los manifestantes no están en condiciones de realizar la huelga, pues podría haber desenlaces fatales.

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Ruth Domínguez, presidenta de la Asociación de Jubilados Publio Falconí, explicó ayer que debido a la petición de Gerardo Ramos, de la Confederación Nacional de Jubilados y Pensionistas de esperar a la resolución de la comisión, llamó a la reflexión a sus compañeros. Pero Domínguez fue enfática al afirmar que “si mañana no hay una solución, la huelga es un hecho el miércoles”.

Ramos anunció “que si nos dicen otra vez que no hay una salida, convocaré a todos los dirigentes del país para iniciar la medida. La gente está dispuesta, pero queremos que primero haya un chequeo médico para los que vayan a participar”.

En la planta baja de la Caja del Seguro de Guayaquil se encontraba ayer Roque Aquilino Medrano, de 66 años. Está enfermo. Pero dice que eso no le es impedimento para participar del ayuno. “Mi salud está afectada, pero lucharé para sembrar mi honor y beneficiar a los futuros jubilados”.

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Sin embargo, Alfredo Galindo, médico del IESS, acudió ayer a la dependencia para examinar a los jubilados, y sacó una conclusión: solo el 10% de los pensionistas podría soportar, es decir los más jóvenes. El resto, no. Galindo señaló que la mayoría de los afiliados inactivos es hipertensa y la edad es un factor contradictorio, pues hay un deterioro de su organismo.

En Esmeraldas, 19 de los 40 jubilados que se encuentran en poder de la matriz se inscribieron ayer para participar de la huelga, calculó Martha Cazares, dirigente.

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Emilio Ripalda, médico del IESS, aseveró que los pensionistas están delicados de salud y que si ayunan por tres días seguidos podría haber desenlaces fatales.

En Loja, en cambio, los afiliados inactivos suspendieron toda clase de atención en el edificio del Seguro Social. Jorge Valdivieso, dirigente del paro, anunció que también se irán a la huelga de hambre.

Los jubilados de Cuenca informaron, además, que mañana radicalizarán la protesta con la toma indefinida de las oficinas del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS) y el inicio de la huelga, si la comisión encargada de analizar el financiamiento no encuentra una salida.  

Rafael Flores, quien durante 40 años laboró simultáneamente como radiotelegrafista en tres entidades públicas, está dispuesto a participar de esta medida extrema si el Gobierno no da soluciones, que no se resuelven con elevar impuestos, indicó.

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Ayer, los jubilados realizaron una marcha. Utilizaron listones negros en su ropa, en solidaridad con las familias de los compañeros fallecidos.