El gobierno de EE.UU. analiza formas legales para un eventual aplazamiento de la elecciónn presidencial en caso de un ataque terrorista, confirmó ayer el Departamento de Seguridad Interior estadounidense.

La posibilidad de retrasar las elecciones si ocurre un atentado es para muchos una exageración,  pero expertos reconocieron que el país no tiene mecanismos para esa eventualidad.

“Es una consideración prudente” pues luego los críticos se quejarán “porque el gobierno no hizo planes”, dijo Stephen Hess del Instituto Brookings, quien añadió que ni la Constitución ni las leyes electorales prevén lo que debería hacerse”.

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Pero el retraso de las elecciones se ve como “la capitulación última de la democracia ante el terrorismo”, según el representante demócrata William Delahunt.

La semana pasada el secretario de Seguridad Interior, Tom Ridge, anunció que la red terrorista Al Qaeda, liderada por Usama Ben Laden, planifica atentados durante la campaña electoral.

Nunca en la historia de EE.UU. se han retrasado las elecciones presidenciales, pues la fecha de la votación está fijada   para el primer martes de noviembre por una ley federal de 1845.

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Noviembre era considerado el mejor mes, pues el clima permitía a los agricultores desplazarse a votar.

EE.UU. ha efectuado sus elecciones presidenciales y legislativas cada cuatro años sin interrupción desde 1792, y ni siquiera se suspendieron durante la Guerra Civil (1861-1865), la contienda más sangrienta de la historia estadounidense.

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El presidente de EE.UU., George W. Bush, afirmó ayer que “los estadounidenses están más seguros” gracias a las políticas que ha seguido su administración tras los atentados terroristas del 11 de septiembre del 2001, aunque insistió en que nuevos ataques amenazan aún al país, durante una gira de su campaña con miras a las elecciones presidenciales del próximo 2 de noviembre.