Los jubilados de la Caja  del Seguro de Guayaquil no quieren darle más tiempo a la comisión tripartita, para que busque un mecanismo que financie el incremento de sus pensiones a 135,62 dólares.

Ellos aguardan la resolución de la agrupación (integrada por el Gobierno, Congreso y Seguro Social), pero  están dispuestos a iniciar una  huelga de hambre.

Sin embargo, Ruth Domínguez, presidenta de la asociación Publio Falconí, manifestó ayer que respeta la posición de Gerardo Ramos, presidente de la Confederación Nacional de Jubilados, de querer dar más tiempo a la comisión, pero sus compañeros no quieren aceptar. Quieren realizar la huelga esta semana en caso de que no haya una respuesta favorable.
Rosa Sánchez, de 90 años; Francisco Bermeo, de 83 años; Bélgica Vera, de 76 años; y César Altamirano, de 49 años, están dispuestos a iniciar la huelga esta semana. “A mí no me da miedo. Quiero luchar hasta el final con mis compañeros para ver si así el Presidente de la República toma conciencia del problema que vivimos”, reclamó Bermeo. Vera, en cambio, enfatizó que ha luchado bastante y no piensa decaer, al igual que su compañero Altamirano.

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Mientras tanto, a la dependencia siguen llegando las donaciones de alimentos. Un grupo de estudiantes del Liceo Aeronáutico entregó comida a los pensionistas.  El vicepresidente de la República, Alfredo Palacio, y voluntarias de la parroquia San Pablo Apóstol donaron el almuerzo el fin de semana.  Los jubilados llevaron ayer parte de sus alimentos a los jubilados del cantón Salinas, que también se encuentran en las dependencias del IESS.