Oración inicial

Padre celestial, tú que iluminas a los extraviados con la luz de tu Evangelio para que vuelvan al camino de la verdad, concede a cuantos nos llamamos cristianos imitar fielmente a Cristo y rechazar lo que pueda alejarnos de él. Por nuestro Señor Jesucristo...

Primera Lectura
En el libro del Deuteronomio se nos recuerda que la ley de Dios no es algo exterior a nosotros mismos, sino que se encuentra dentro de cada uno y debemos ponerla en práctica.

Lectura del libro del Deuteronomio 30, 10 - 14.

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En aquellos días, habló Moisés al pueblo y le dijo: “Escucha la voz del Señor, tu Dios, que te manda guardar sus mandamientos y disposiciones escritos en el libro de esta ley. Y conviértete al Señor tu Dios, con todo tu corazón y con toda tu alma.

Estos mandamientos que te doy, no son superiores a tus fuerzas ni están fuera de tu alcance. No están en el cielo, de modo que pudieras decir: ¿Quién subirá por nosotros al cielo para que nos los traiga, los escuchemos y podamos cumplirlos? Ni tampoco están al otro lado del mar, de modo que pudieras objetar: ¿Quién cruzará el mar por nosotros para que nos los traiga, los escuchemos y podamos cumplirlos?

Por el contrario, todos mis mandamientos están muy a tu alcance, en tu boca y en tu corazón, para que puedas cumplirlos”.