La Corte Penal Internacional (CPI) de La Haya, máximo órgano judicial de la ONU, sentenció ayer que el muro que Israel construye en Cisjordania es ilegal, contrario al derecho internacional, que debe destruirse y que los palestinos tienen que recibir indemnizaciones.

La Corte considera que la construcción del muro viola la Convención de Ginebra de 1949, que defiende los derechos de los ciudadanos civiles en tiempos de guerra, al privar a los palestinos de autodeterminación, trabajo, asistencia, salud, protección, educación y libertad de movimientos.

Aunque la decisión del CPI no es vinculante, es decir que no obliga a Israel a cumplirla, llama a la Asamblea General y el Consejo de Seguridad de la ONU a considerar “acciones futuras para poner fin a esta situación ilegal”.

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Si bien la Casa Blanca señaló que no creía que la CPI “sea el foro apropiado para resolver lo que es un asunto político”, el secretario general de la ONU, Kofi Annan, dijo que la Asamblea General de la organización decidirá cómo proceder.

El presidente de la Autoridad Nacional Palestina, Yasser Arafat, afirmó ayer que el dictamen es “una victoria” para el pueblo palestino, y su primer ministro Ahmed Quorei dijo que “es una bofetada a Israel”.

Israel, que ya había afirmado que ignoraría la opinión de la CPI, la acusó de haber “ignorado totalmente el terrorismo palestino, que es el causante  de la construcción del muro”. 

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