Es evidente que la carencia de ideas originales en Hollywood obliga al reciclaje como única arma para combatir la sequía creativa. Las viejas series de televisión tienden a ser una fuente sustanciosa de material y un buen reclamo taquillero para atraer a los cines tanto al nostálgico que las recuerde, como a las nuevas generaciones que solo las conocen de oídas. En esta ocasión, el director Todd Phillips ha optado por llevar al celuloide la mítica y añorada serie Starsky & Hutch, que en 1975 la cadena de televisión ABC estrenó exitosamente y cuya historia se centraba en dos detectives de Bay City, California. Sus descollantes melenas, sus abrigos de piel, zapatos con plataforma y ajustados jeans, se convirtieron en verdaderos íconos de la “era disco”, que recién comenzaba. La innovadora mezcla del oscuro mundo de la delincuencia y la vis cómica que enarbolaba esta pareja dispareja hizo posible que la iniciativa consiguiera unos excelentes índices de audiencia, resistiendo cinco temporadas y 95 episodios. Todo un logro que ahora se extiende a las salas de cine de la mano de una película que pretende inaugurar, con innegable olfato, una nueva franquicia.

Starsky & Hutch puso de moda el género de la pareja de policías que tanto se imitaría después en el cine y en la televisión. Su jefe era Dobey Huggy Bear, propietario de un club nocturno y confidente habitual de este dúo de uniformados que nunca tuvo nada de superhéroes. Su lema era trabajar en pareja, para disminuir de esa forma los riesgos durante el trabajo, especialmente porque cada uno conocía muy bien el estilo del otro. Patrullando la ciudad en un antiguo Ford Torino, Starsky y Huch no se cansaban de enfrentar, en forma poco ortodoxa, bandas de traficantes y ladrones de banco.

Hoy, 25 años después, estos policías han regresado pero en la piel de Ben Stiller y Owen Wilson. Considerando el perfil de esta pareja de actores, se darán cuenta que el filme es más bien una comedia, donde la música, la moda y hasta el veloz auto que la serie hizo tan popular, aparecen tratados como una parodia. Si bien la película no está enteramente filmada en ese tono, se permiten momentos para múltiples bromas y gracias varias. El director ha recreado la trama de manera que el gancho de los personajes dependa en gran medida del contexto en el que se sitúan, y el marco de los setenta es perfecto para ellos. Las escenas de acción están rodadas como se hacía entonces, obviando los efectos especiales tan en auge en las películas actuales. La cinta propone una acción más realista, aderezada con ciertas dosis de humor. Y es que una de las virtudes es la de no tomarse nada demasiado en serio, incorporando numerosas escenas cómicas que van en detrimento del elemento dramático.

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La trama de la cinta persigue la misma simplicidad que su ancestro televisivo: el villano Reese Feldman (Vince Vaughn) ha desarrollado un tipo de cocaína que es indetectable por los perros entrenados para tal labor, y pretende inundar la ciudad con esta perniciosa droga. Pero Feldman cometió el error de asesinar a uno de sus empleados, y durante la investigación de ese crimen, la pareja de policías, auxiliados por el benevolente hampón Huggy Bear (Snoop Dogg), encontrarán pistas que los llevarán a sospechar del plan del ambicioso traficante. Pero para atraparlo, primero tendrán que resolver sus diferencias, pues el rígido y disciplinado Starsky está constantemente en conflicto con el siempre relajado y levemente corrupto Hutch.

Aunque la historia sea demasiado predecible, el secreto y el disfrute no está en su trama ni en su factura estética, sino en ver cómo dos geniales comediantes transforman la que podría ser una de las tantas versiones cinematográficas de éxitos de la televisión en una película graciosa, plagada de situaciones divertidamente absurdas.

Ficha técnica

Dirección: Todd Phillips
Elenco: Ben Stiller, Owen Wilson, Vince Vaughn, Juliette Lewis.
Género: Comedia
País: Estados Unidos, 2004
Cines: Cinemark y Supercines Entre Ríos, Alborada, Los Ceibos, San Marino y Nueve de Octubre.