Mi esposa y yo somos afiliados al Seguro Social. Ambos trabajamos y tenemos un préstamo hipotecario aprobado de $ 18.000, que no lo podemos hacer porque la mutualista adonde me enviaron me indicó que para eso debemos tener $ 6.000 ahorrados, ya que el banco solamente nos presta $ 12.000.
No comprendo este préstamo. ¿Cómo vamos a ahorrar con nuestro sueldo paupérrimo del magisterio que tenemos? Si tuviésemos $ 6.000 no nos endeudaríamos, nos quedaríamos en nuestro barrio en Mapasingue, donde venden villitas pequeñas en $ 4.000, compraríamos una y nos sobraría para comprarnos un carrito de segunda mano.
Si el Seguro Social tiene plata para darla a una empresa que se la administre y para comprarle bonos al Estado, ¿por qué no nos da los préstamos directamente a los afiliados para que podamos comprar donde quiera, donde nos guste, casitas?
Publicidad
Yo he visto una casa que me la venden en $ 20.000 por el barrio Garay; ¡cómo me gustaría comprarla, pero, qué pena solo soñar!
Marcos Molina Almeida
Guayaquil