Gómez tiene el respaldo de la Ecuafútbol y  dialogó con sus jugadores.

Ambiente desolador fue lo que se vivió la mañana y tarde de ayer en las inmediaciones del hotel Gloria Plaza, de Chiclayo, sitio de concentración de la selección ecuatoriana de fútbol, que un día antes había caído  6-1 ante Argentina en su estreno dentro de la Copa América.

Aislados. Así estuvieron los jugadores y cuerpo técnico tricolor luego de la goleada. Al único seleccionado que se lo vio salir del hotel en la mañana fue al delantero Agustín Delgado, quien abandonó raudamente el sitio de concentración sin hablar con la gente y mostrando fastidio en su rostro. Fue la imagen más crítica que se vio.

Publicidad

Después del desayuno, el Tin Delgado recorrió tres cuadras en un vehículo y se dirigió a realizar trabajos de rutina en el gimnasio Power Gym, acompañado del fisioterapeuta Tony Ocampo, quien dijo: “No, por favor, nada de fotos. Él no hablará con nadie”.

Fue un día distinto a los anteriores. Antes del entrenamiento vespertino nadie quiso dar la cara, peor hablar con la prensa. No se los observó por la recepción del hotel realizando llamadas a sus familiares. La responsabilidad de haber caído “vergonzosamente” por seis goles afectó el ánimo de los tricolores, que permanecieron durante la mañana y parte de la tarde refugiados en sus habitaciones.

Luego del partido ante los albicelestes los jugadores y el técnico Bolillo Gómez mantuvieron una larga reunión. Después de ese momento nadie supo qué pasó allí. El único que dijo algo a la prensa fue Luis Chiriboga Acosta, presidente de la Ecuafútbol, quien indicó que además de ofrecer su respaldo al estratega de la selección nacional, con quien conversó largamente después del juego, “estamos más unidos que nunca. Ecuador tiene madurez y los jugadores entendieron que tienen una revancha y el sábado (mañana) ante Uruguay puede ser ese día”, expresó.

Publicidad

Fue evidente que el “fantasma” de la preocupación ronda por la concentración de Ecuador. El ambiente fue tenso. A las 11h00 los tricolores pasaron de sus habitaciones a la sala de conferencias, donde mantuvieron una reunión con el cuerpo técnico. A su paso el arquero Geovanny Ibarra mostró un gesto de resignación en el rostro, mientras subía las escaleras. Eso contrastó con el pulgar en alto con el que Bolillo saludó a varios niños peruanos que estaban en el hotel.

Aproximadamente una hora duró la reunión de la Tricolor. Los primeros en abandonar la sala de conferencias fueron el entrenador Gómez, su hermano y asistente técnico, Jaime Gómez; el coordinador de selecciones, Vinicio Luna, y el preparador físico, Elkin Sánchez. Sus rostros denotaban preocupación. La goleada ante Argentina ha abierto una serie de especulaciones alrededor de la continuidad del técnico colombiano.

Publicidad

Ni la prensa, que días antes del primer partido del torneo montó guardia en el hotel, estuvo presente. Sí algunos fanáticos ecuatorianos que vivieron con amargura la caída en el estadio Elías Aguirre.

Uno de los que protestó por la caída fue José Moncayo Lozano, hincha que con una pancarta decía: “¡Bolillo entérese pues, recorrer 1.200 kilómetros, estar seis días en Perú, gastar 300 dólares ¿para qué? Te voy a pasar la factura!”. Le gritaba al paisa el arrepentimiento que sentía de haber hecho tanto esfuerzo para solo llevarse entre sus recuerdos la goleada más triste de los últimos años.

“Eh, profesor, lea, esto es para usted”, se atrevió a decirle Moncayo al estratego paisa. Y él se detuvo, pero solo para responderle con mucha ironía: “No hombre, no alcanzo a ver. Me falla la vista”.

A las 12h30 los tricolores bajaron a almorzar en calma. Calma, pero también tristeza y decepción.

Publicidad

PARTIDOS DE HOY
Colombia vs. Bolivia 17h30 (Lima)
Perú vs. Venezuela    19h45 (Lima)