La crisis económica mundial, la guerra en Iraq, el persistente conflicto israelí-palestino y la revalorización del euro frente al dólar influyeron en el balance negativo de la Santa Sede del 2003, por tercer año consecutivo.

El año pasado el Vaticano cerró con un déficit de 9,56 millones de euros (11,8 millones de dólares) dijo el cardenal Sergio Sebastiani, presidente de la Prefectura de Asuntos Económicos.

Sebastiani señaló que en el 2003 se registraron ingresos por 203,6 millones de euros (248,4 millones de dólares) y gastos por 213,2 millones de euros (260,1 millones de dólares).

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Sin embargo, las pérdidas son inferiores en el 30% a las del 2002, cuando totalizaron 13,5 millones de euros (16,5 millones de dólares).

El Cardenal informó sobre un incremento de las contribuciones al Pontífice –conocido como el pago de diezmos y primicias– que ha sido utilizado en misiones de asistencia en todo el mundo y para la Iglesia Católica en Tierra Santa.

El Vaticano tuvo pérdidas durante 23 años hasta 1993, pero la situación mejoró considerablemente después de que los obispos de todo el mundo accedieron a asistir al Vaticano.

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Los expertos financieros del Vaticano a menudo señalan como excesivo el costo del personal, con 2.674 trabajadores en las oficinas, la mitad de ellos laicos.

Pero a las advertencias, el Vaticano ha expandido su actividad diplomática con misiones en 118 países.