La cantante argentina se ha casado tres veces y se autodefine como una ‘enamorada del amor’. Llegó a Ecuador con 137 libras menos, para ofrecer un concierto.

Ella sería ahora una profesora de guitarra e inglés, si allá por 1978 no se hubiese decidido –por petición de uno de sus alumnos– a cantar ante el público de una discoteca de Buenos Aires.

Pero María Martha Serra Lima se atrevió a liberar esa voz que la habita, y tiene ya 27 años de trayectoria artística. Veinte discos de boleros clásicos y baladas (Usted,  Encadenados,  Qué será de ti) llevan su nombre entre las notas.

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Esta intérprete argentina volvió a Ecuador tras seis años de ausencia para brindar, junto con Mariel Córdoba, el concierto de tangos y boleros Por amor, que tenía previsto realizarse a las 20h30 de ayer.

“He vivido cosas muy lindas en todos estos años. Hubiese estado todo el tiempo con un alumno de inglés delante de mí, o hubiese sido una ama de casa común. La vida me cambió 180 grados desde que decidí cantar profesionalmente tras la muerte de mi padre, a mis 33 años”, comenta.

Su padre, Iván Serra, fue quien le pidió que reservara su arte para las tertulias familiares. María Martha Serra Lima no cambiaría por nada, dice, a sus 58 años, la emoción que siente cuando interpreta A mi manera, la composición que más disfruta: “Esta canción no solo es mi vida, sino la de mucha gente”, agrega.

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Serra Lima, quien se ha casado en tres ocasiones, se autodenomina una enamorada del amor. Y asegura que, talvez por eso, no ha tenido tantas desilusiones, “cuando el amor se materializa se quiebra; cuando es una ilusión todo es divino”.

Enviudó de su primer esposo, Adolfo Peel Richards –padre de sus dos hijos– y se divorció de su siguiente cónyuge. Su tercer compromiso matrimonial, con Horacio Pérez Ugidos, también se disolvió en febrero del 2003. “Pero es tan compañero mío –trabaja hace 22 años conmigo–, que es mi ex marido y yo lo sigo llamando marido”, comenta y sonríe, mientras sus ojos cruzan la sala y lo observan a él de pie, caminando en silencio.

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Fueron varios meses sin pasearse por los escenarios y ahora está visiblemente más delgada, con facciones tan rectas que causan sorpresa entre sus seguidores. María Martha Serra Lima se sometió a un tratamiento médico y adelgazó 137 libras. “Después de bajar de peso me operaron para sacarme dos hernias y la barriga que me colgaba”, relata.

Aunque, según explica, tuvo una muy mala reacción a la operación, dice sentirse fantástica: “No podía ni cruzar las piernas. Cuando me volví a ver en el espejo, y empecé a usar pantalones fue un cambio de actitud. Nunca fui acomplejada, pero soy una esteta”.

Las joyas que luce siempre intentan demostrarlo. Incluso cuando estuvo tres meses en cama, usaba alhajas. Y se justifica encogiéndose de hombros como si fuera una travesura: “Realmente no sirven para nada, pero me fascinan”.

Han compuesto para ella Armando Manzanero, Rudy Pérez -el que más le gusta interpretar, dice-, Mario Clavel y Kike Santander. Les agrada, según comenta la artista, el color de la voz de Serra Lima.

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En su nuevo material discográfico –que irá a grabar en Miami la próxima semana– incluye temas de Santander, Paz Martínez, de Adrian Posse, y dos canciones en inglés All the way y If i rule the world, “porque adoro a Tom Jones”, se interrumpe, aunque disfruta de los noveles talentos: “Luis Miguel sigue siendo para mí el mejor de todos, David Bisbal me fascina, Gilberto Santa Rosa, Christian Castro y Ricardo Montaner son muy buenos”.

Para Horacio Pérez, quien la sigue observando mientras ella cuenta su vida, Mario Clavel compuso la canción A veces los dos, que Serra Lima siente sobre el escenario.

¿Qué pasó? “murió el enamoramiento, y quise que ambos pudiéramos  empezar otra vez. No creo que para él sea fácil reemplazarme, por lo que vivimos juntos”, responde.

Ella reconoce lo extraño que resulta que vivan juntos después de divorciarse. “Yo no vivo para los demás, yo vivo para mí... para nosotros. Siempre seré romántica”.